Miles de kurdos despiden en Turquía a las tres activistas asesinadas en París
Una ceremonia conjunta recuerda a las víctimas en Diyarbakir, capital informal del Kurdistán turco
Las tres activistas kurdas asesinadas la semana pasada en París han sido enterradas este viernes en tres multitudinarias ceremonias en Turquía. Varios miles de personas acudieron a los funerales y a los entierros de Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Soylemez, que tuvieron lugar en sus respectivas ciudades natales en el sur y este del país, donde reside la mayoría de la población kurda de Turquía.
Las tres mujeres fueron asesinadas a tiros en el norte de París el pasado 9 de enero y hoy la policía francesa anunció que ha detenido a los dos primeros sospechosos para interrogarlos sobre el triple asesinato. Por el momento, no se conoce ningún otro detalles sobre estas detenciones.
El suceso se produjo sólo días después de que el Gobierno turco admitiera públicamente la existencia de conversaciones de paz entre las autoridades y Abdullah Ocalan, el líder y uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo).
No se sabe quién pudo estar detrás de los asesinatos que, según todas las partes, pretendían complicar o detener las negociaciones entre el Gobierno y Ocalan, quien cumple cadena perpetua en una cárcel en la isla de Imrali en la que pasa largas temporadas en régimen de aislamiento.
Una de las víctimas de París, Cansiz, era otro de los miembros fundadores del PKK, que se alzó en armas contra el Estado turco en 1984 para pedir el reconocimiento de derechos sociales y políticos de la minoría kurda en Turquía, que conforma un 20% de los 75 millones de habitantes del país.
Más de 40.000 personas personas han muerto en enfrentamientos en estos 29 años, la mayoría militantes kurdos y también población civil, por lo que un clima de cauto optimismo se había adueñado de Turquía al hacerse públicas las negociaciones. Pero también sigue habiendo desconfianza mutua y, tras los asesinatos de las tres activistas, ambas partes habían expresado su temor a que surgieran incidentes que pudieran obstaculizar las conversaciones.
Sin embargo, varias decenas de miles de personas acudieron este jueves pacíficamente a una ceremonia conjunta con los cuerpos de las tres mujeres en Diyarbakir, la principal ciudad kurda de Turquía, situada en el sureste del país y considera informalmente la capital del Kurdistán turco.
Este funeral suponía un examen para las negociaciones que ambas partes habrían superado gracias a la falta de incidentes, según expertos consultados por EL PAÍS.
La ciudad de Diyarbakir se paralizó y muchas tiendas cerraron mientras varias decenas de miles de personas tomaron las calles para acompañar a los tres ataúdes, envueltos en la bandera roja, amarilla y verde del PKK.
Muchas de las mujeres asistentes llevaban pañuelos blancos para simbolizar la paz y Selahattin Demirtas, presidente del principal partido legal prokurdo, dijo a la multitud que estos asesinatos no iban a conseguir que los kurdos dejaran de buscar la paz.
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