Merkel y su rival del SPD arrancan la campaña nacional en Baja Sajonia
Los comicios en el ‘land’ son cruciales para el futuro electoral de ambos
Dos pequeñas ciudades en el Estado de Baja Sajonia —que muy raras veces suelen ser protagonistas de grandes titulares—, Emden y Wilhelmshaven, se convirtieron ayer en el foco de atención de la nación, gracias a la presencia de la canciller Angela Merkel (Wilhelmshaven) y de Peer Steinbrück, el candidato socialdemócrata (Emden). Los dos grandes rivales en las elecciones nacionales, que tendrán lugar en septiembre, fueron los principales protagonistas de sendos actos partidistas para impulsar las campañas de ambos partidos, que se disputarán el próximo 20 de enero la mayoría en el Parlamento regional de Baja Sajonia, una batalla que ya ha adquirido una importancia nacional.
Merkel, con aire de estadista, dijo ante unas 1.500 personas que la prioridad de su Gobierno es y seguirá siendo reducir la deuda. “Hay que trabajar duro para asegurar el futuro de nuestros hijos y nietos”, afirmó y se mostró confiada en que los electores de Baja Sajonia enviarán una clara señal al país. Steinbrück, en cambio, tuvo que recurrir a la franqueza para intentar apagar la polémica que suscitó cuando señaló que los cancilleres de Alemania debían ganar más dinero. “Un político puede y tiene el derecho a decir lo que piensa”, subrayó. Steinbrück se mostró esperanzado en el triunfo del SPD en este land y en su propia victoria en las elecciones nacionales.
Según la prensa germana, los comicios en Baja Sajonia representan una crucial prueba de fuego, tanto para la canciller como para su rival socialdemócrata, por una razón tan simple como son las matemáticas electorales. Antes que nada, en Baja Sajonia está en juego el futuro político del pequeño Partido Liberal (FDP), actual socio minoritario del Gobierno. Todos los sondeos publicados hasta la fecha señalan que el FDP obtendrá un pobre 4% de los votos, resultado que lo dejaría fuera del Parlamento regional.
El actual jefe del Gobierno regional, el democristiano David McAllister, a pesar de obtener un buen resultado para su partido (40%-41% de los votos) se vería obligado a renunciar y dejar el Gobierno en manos de una alianza entre el SPD y Los Verdes, un escenario que le daría un impulso vital a la campaña de Peer Steinbrück.
El fracaso electoral obligaría al actual presidente del Partido Liberal, Philipp Rösler, a renunciar al cargo, pero también a sus puestos de ministro de Economía y vicecanciller. Este hipotético escenario tiene en estado de alerta máxima a la canciller, porque de concretarse, también correría peligro la actual alianza que gobierna en Berlín y obligaría a Merkel a buscar nuevos aliados para formar un Gobierno estable.
En las próximas dos semanas, Merkel y Steinbrück dedicarán gran parte de su tiempo a recorrer el Estado para impedir una derrota de sus respectivos candidatos, además de dar un impulso significativo a sus respectivas ambiciones. La canciller tiene programados siete actos electorales, mientras que Steinbrück, sin una agenda tan apretada como la de Merkel, se dedicará a viajar por todo el Estado y ya tiene anunciada su presencia en 30 mítines.
“Nunca antes una elección regional había estado cargada con tanta importancia nacional”, señaló el periódico de Berlín, Die Tageszeitung, al referirse a la importancia de estos comicios regionales. “En las elecciones de Baja Sajonia está en juego el futuro del Gobierno federal”, sentenció.
Esta certeza convenció a la canciller de iniciar la campaña electoral en Baja Sajonia con un gesto poco común. Para apoyar al candidato, invitó a todos los miembros de la directiva de su partido a una reunión de dos días, que tendrá lugar en Wilhelmshaven.
Steinbrück tampoco se ha quedado con los brazos cruzados. El candidato y su partido están convencidos de que el resultado electoral (a favor del SPD) en Baja Sajonia puede disfrazarse como un resultado nacional. “El 20 de enero puede cambiar totalmente la mecánica de la política nacional”, dijo en una reciente declaración no exenta de riesgos para él mismo y su partido. ¿Qué pasaría si la actual coalición CDU-FDP se mantiene en el poder?
En las elecciones nacionales de 2009, Angela Merkel tuvo éxito en laminar a su contrincante socialdemócrata, Franz-Walter Steinmeier, quien obtuvo un miserable 23% de los votos. Poco más de tres años después, el SPD ha resucitado de sus cenizas como una gloriosa ave fénix gracias a los sucesivos errores cometidos por el Gobierno federal y también porque logró cicatrizar las heridas que dejó en el seno del partido la famosa Agenda 2010, que impulsó el excanciller Gerhard Schröder.
El SPD tampoco oculta que las elecciones en Baja Sajonia representan, muy posiblemente, su última oportunidad para tener una posibilidad concreta de derrocar a Merkel en septiembre próximo, una baza que se basa también en el perfil del candidato. Peer Steinbrück, a pesar de los errores que ha cometido en las últimas semanas, es el único militante del partido que puede llevar al SPD de vuelta al poder.
ENRIQUE MÜLLER
Berlín
La canciller Merkel canta villancicos junto a un coro de niños de diócesis católicas ayer en la cancillería, en Berlín. / joerg carstensen (efe)
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