Los ‘länder’ alemanes piden la prohibición del partido neonazi NPD
El Gobierno federal estudiará la petición de los 16 primeros ministros regionales El Tribunal Constitucional frenó la ilegalización de la formación hace diez años
Los primeros ministros de los 16 länder alemanes han propuesto un nuevo proceso legal para prohibir al neonazi Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD). Pese al voto unánime de la conferencia de primeros ministros regionales, la canciller Angela Merkel quiere darse tiempo “para concluir las deliberaciones” sobre el posible proceso. El Gobierno ha anunciado que estudiará el asunto hasta finales de marzo de 2013, cuando Merkel haga pública su decisión. El presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Norbert Lammmert, democristiano como la canciller, se ha pronunciado en contra de dar trámite a la petición de prohibición, porque la propuesta “no está madura” y, en su opinión, es un “acto reflejo” provocado por el descubrimiento, hace un año, de una serie de asesinatos neonazis por parte de una banda terrorista autodenominada Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU).
Precisamente estos nueve asesinatos de inmigrantes turcos han centrado este jueves otro escándalo del NPD, cuyos representantes parlamentarios en Meckelmburgo-Pomerania Occidental abandonaron el pleno mientras se guardaba allí un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas. El trío terrorista NSU terminó sus andadas en noviembre de 2011, cuando dos de sus componentes fueron encontrados muertos en una autocaravana poco después de atracar un banco. Una tercera terrorista, Beate Zschäpe, está esperando el juicio por su participación en los nueve crímenes y en el asesinato de una agente policial, así como en varios atentados con bomba. En la ceremonia de homenaje a las víctimas celebrado este año, Merkel calificó de “vergüenza para Alemania” la inusitada torpeza policial en el esclarecimiento de los asesinatos, que permanecieron sin resolver durante 10 años. Este jueves, los diputados neonazis del NPD en el parlamento de Schwerin dejaron el hemiciclo alegando que “cuando alguien mata a un alemán, nadie le da tanta importancia”.
El NPD es uno de los partidos más radicales de la ultraderecha europea. Su nazismo recalcitrante deja a la izquierda a formaciones del populismo ultraderechista europeo como el Vlaams Belang belga, el Partido del Progreso (FRP) noruego o el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP). El expediente sobre los últimos actos ilegales del NPD tiene más de 1.000 páginas y pasará ahora a manos de Merkel, para que evalúe la posibilidad de emprender el nuevo proceso de prohibición. No es seguro.
Las reticencias de Merkel y Lammert se deben al notorio fiasco público de hace diez años, cuando un proceso similar fracasó en toda línea. El Tribunal Constitucional alemán consideró entonces que la abundancia de topos de los servicios secretos en las filas del NPD impedía determinar si las actividades ilegales demostradas por la acusación eran espontáneas o se debían a la influencia en el partido de elementos pagados por el Estado. Un nuevo proceso de prohibición tendría que verse precedido por la retirada masiva de espías que los servicios secretos internos, orwellianamente llamados Oficina para la Protección de la Constitución (BFV), tienen en el NPD. Como ejemplo, en 2003 se supo que el jefe del NPD en Renania del Norte-Westfalia, Udo Holtmann, llevaba 25 años en la nómina de la BFV. Cobrando dinero público que muchos agentes invierten en el partido.
El NPD es influyente en los länder de la antigua República Democrática Alemana. Logra representación parlamentaria en Sajonia y en el ya citado Mecklemburgo. En Berlín, Turingia, Sajonia-Anhalt y en Brandeburgo cosecha más del 2% de los votos. En Turingia, el NPD mantiene vínculos estrechos con las organizaciones de neonazis violentos. En la ciudad turingia de Jena se formó el grupo de asesinos NSU.
El lento y complicado esclarecimiento de los crímenes nazis del NSU ha sacado a la luz inquietantes puntos de corte entre espías y neonazis en Alemania. Las extrañas circunstancias en las que desaparecieron diversos documentos relacionados con los neonazis y sus espías ya han provocado el cese o la dimisión de tres jefes regionales de los servicios secretos (por este orden Turingia, Sajonia y Berlín, la más reciente), así como la salida de su jefe federal Heinz Fromm, el pasado mes de julio.
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