“El Ejército viola los Derechos Humanos todos los días y nadie dice nada”
Invitado por la Fundación Botín, el expresidente que acabó con el dominio del PRI, Vicente Fox, dice en Madrid que el regreso de este partido al poder “garantiza la gobernabilidad del país”
Vicente Fox Quesada (León, México, 1942), el hombre que consiguió derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la formación que mantuvo el poder en México durante más de 70 años en el año 2000, está convencido de que el presidente electo Enrique Peña Nieto pertenece a “una nueva generación de priístas” que garantiza “la gobernabilidad del país”.
Invitado por la Fundación Botín en Madrid, para asistir a la clausura de un programa de becas para el fortalecimiento de la función pública en América Latina, el exmandatario aseguró que “México tiene los candados necesarios para evitar las tropelías del pasado”. Acepta que su apoyo al priista le ha ganado críticas —“especialmente desde mi partido [el conservador Partido Acción Nacional, PAN]— pero rebate que el hecho de que la fundación que preside, el Centro Fox, no recibe “un centavo del erario público” garantiza su libertad. Y además, que está en pleno derecho de ejercerla. “Antes se acostumbraba [en México] que los expresidentes se mantuvieran callados, pero Martha [Sahagún, su esposa] y yo hemos descubierto que hay vida después de la presidencia”.
Sobre la guerra contra las drogas declarada en 2006 por su sucesor, el también panista Felipe Calderón, Fox insistió en que le sorprendió que en la campaña electoral no se hablara del narcotráfico, cuando en los últimos cinco años más de 70.000 personas han muerto por la creciente violencia. “La gente le tiene miedo al tema”, explicó. Recordó que le insistió a Calderón “en varias ocasiones” que “no sacara al Ejército a las calles”.
“Yo le dije [a Calderón] que no era correcto, pero no me hizo caso", continuó Fox. "No le gusta que lo diga. No estoy en su cabeza, pero supongo que tomó esa decisión porque creyó que a garrotazos terminaría con el enemigo y no fue así. Y sabemos que el Ejército [mexicano] viola los Derechos Humanos todos los días, pero nadie dice nada. ¿Y para qué? No hay más presos en México que los que había en mi sexenio. Yo cerré con 205.000 y actualmente hay unos 20.000 más. ¿Y para eso la muerte de 70.000 personas? ¿Para qué sirvió esta guerra?”.
En su opinión, México ha perdido “18 años [los Gobiernos de Ernesto Zedillo, el suyo y el de Felipe Calderón” por la falta de respaldo del Congreso a las reformas “necesarias para el avance del país”. Como ejemplo, la reforma energética que permitiría la inversión de capitales extranjeros en Petróleos Mexicanos (Pemex), un tema especialmente sensible en México. “Mira cómo está Petrobras, por ejemplo, y compáralo con Pemex. ¡No les vemos ya ni el polvo! México ya no puede aguantar otros seis años estancado”.
De ahí explica su desacuerdo con el excandidato a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, quien recién se ha separado del Partido de la Revolución Democrática, PRD, que había sido hasta ahora la principal formación de izquierdas del país, para encabezar su propio proyecto, Morena (Movimiento para la Regeneración Nacional). “Ese partido [Morena] no se debió de haber autorizado en mi opinión, porque es otro más que es un patrimonio personal, como hay bastantes en el país”, zanjó. “Yo respeto sus ideas [las de López Obrador] pero tengo la libertad de decir que no me gusta para que sea mi presidente. Basta ver con lo que ha hecho Hugo Chávez en Venezuela. Representa un estilo de Gobierno en el que se regalan pescados a raudales, pero no se enseña a pescar y creo que los países no caminan de esa manera”.
Aun así, cree que la variedad de opiniones es sana para una democracia. “Las manifestaciones en las calles no son un problema, son una solución, porque nos presiona a los políticos flojos [perezosos]”. Y es bastante firme en la defensa de esa libertad. “Prefiero el exceso de la libertad de expresión, aunque ello represente el exceso de calumnias. A Martha [Sahagún], por ejemplo, la tupieron [los medios de comunicación] en México hasta que se cansaron”.
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