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El Romney candidato, acosado por el recuerdo del Romney gobernador

El candidato republicano hace una débil defensa de sus reformas en Massachusetts

Romney, durante el debate del martes.
Romney, durante el debate del martes. Scott Eells (Bloomberg)

Como político, Mitt Romney sólo tiene un cargo que defender: su única legislatura como gobernador de Massachusetts. En el debate presidencial del martes, el desempeño de ese cargo salió a relucir más a pesar del propio candidato que por iniciativa de este. Su mayor gesta en esos cuatro años fue aprobar una ley de reforma sanitaria casi idéntica a la que los demócratas avalaron en 2010. Romney no la defendió. Fue Obama quien la sacó a relucir, para ilustrar cómo el candidato republicano ha defendido ideas de las que luego se ha distanciado por conveniencia política.

“Dijo que revocar mi reforma sanitaria sería la primera cosa que haría en la presidencia, a pesar de que es el mismo plan que aprobó en Massachusetts, y que funcionó bien allí”, dijo Obama sobre Romney. “Ese no es el tipo de liderazgo que este país necesita, pero uno debería esperar que el gobernador Romney cumplirá las promesas que ahora hace”. Lo cierto es que Romney fue gobernador con un Congreso estatal controlado por los demócratas, con los que nunca tuvo buena sintonía. En su legislatura, su mayor logro fue la reforma sanitaria. Hubo otros, menores, y poco recordados en Massachusetts.

Uno de ellos lo defendió el propio Romney en el debate. “Goberné Massachusetts y cuadré el presupuesto cada año”, dijo. Cierto. Pero es que la Constitución de Massachusetts así se lo exige. Lo hizo sin subir impuestos directos. Pero aumentó de forma exorbitante algunas tasas. Dobló el precio de las licencias de matrimonio y del registro de armas. Quintuplicó, además, la tasa de reparto de gasolina, que pasó de 0.50 a 2.50 centavos. Sólo en su primer año como gobernador, recaudó unos 400 millones de dólares en nuevas tasas.

Romney llegó al Gobierno de Massachusetts como un moderado, con la promesa de que no interferiría en el derecho de la mujer a interrumpir su embarazo y de que no atacaría los derechos de los homosexuales. Salió de ese Gobierno como un ultraconservador en asuntos sociales, cuando se disponía a presentarse a su primera campaña de primarias presidenciales. Tan impopular acabó por ser en su Estado que sus asesores creían que lo tendría difícil para lograr un segundo mandato. Al final del desempeño de su cargo, entró en contradicción con muchas ideas que había defendido sólo meses antes.

En el debate, Obama recordó una de ellas. Hablando de energía, y dado que Romney dijo que favorecería la extracción de carbón -altamente contaminante-, el presidente le dijo: “Cuando usted era Gobernador de Massachusetts fue a una mina de carbón, la señaló y dijo ‘esta mina mata’ y se enorgulleció en extremo de cerrarla. Y ahora, de repente, es un gran defensor del carbón”. Esa fue la estrategia de Obama en el debate: enfrentar a Romney a sí mismo. Y Romney optó por no defender su historial en Massachusetts, sabedor de que en muchos aspectos no dista mucho del de Obama a nivel nacional.

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