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Miles de jordanos reclaman al rey reformas reales

Los Hermanos Musulmanes reclaman a la corona que ceda poder y cambios en la ley electoral

Ana Carbajosa
Miles de jordanos protestan en el centro de Amman.
Miles de jordanos protestan en el centro de Amman. JAMAL NASRALLAH (EFE)

Las supuestas medidas —adelanto electoral incluido— con las que la corona jordana quiso el jueves frenar el descontento de la población no parecen haber convencido a buena parte de la población. Más de 10.000 jordanos han salido a la calle después del rezo del viernes, convocados por los opositores Hermanos Musulmanes para protestar por la lentitud de las reformas políticas prometidas, que no acaban de llegar. Se trata de la mayor manifestación protagonizada por grupos críticos con la gestión de la corona desde el inicio de las primaveras árabes en la región.

Islamistas y opositores piden la reforma de una ley electoral que consideran que les perjudica y favorece a las zonas rurales —tradicionalmente más leales al rey— y en general reformas constitucionales, dirigidas a un traspaso del poder de la corona a la población. Junto a las demandas políticas, el elevado coste de la vida, la corrupción y una desigual distribución de la riqueza completan las reivindicaciones de los manifestantes.

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Con la marcha bautizada “El viernes para salvar la nación”, los islamistas han querido medir sus fuerzas frente al régimen. Ha sido la manifestación más multitudinaria, pero no la primera. Desde que estallaran las primaveras árabes en los países vecinos hace algo más de año y medio, en Jordania se han repetido las marchas de protesta; casi siempre pacíficas además de bastante reducidas. A diferencia de las protestas en otros países árabes como Siria o Egipto, los manifestantes en Jordania no piden “la caída del régimen” ni la salida, en este caso, del rey. Hasta ahora, no dicen querer una revolución sino reformas profundas. Los manifestantes se muestran sin embargo crecientemente impacientes ante la falta de resultados del supuesto plan de reformas, que pretende evitar estallidos revolucionarios.

“En los últimos meses, la actitud de la población ha cambiado. Cunde el sentimiento de que las reformas no han sido suficientes para salir de la crisis política y económica”, indica desde Ammán Mustafa Harmaneh, analista del Centro Árabe para la investigación y los estudios políticos. Harmaneh cree que con una asistencia a la marcha de entre 15.000 y 20.000 personas, los islamistas han demostrado que no tienen tanto tirón como dicen, pero que la impaciencia por las reformas se extiende entre diversos grupos. “La gente no se ha pasado del campo del rey al de los islamistas, pero eso no quiere decir que no haya descontento”.

La capital jordana amaneció tomada por las fuerzas de seguridad, que temían altercados, según publicó la prensa local. Una contramanifestación convocada por movimientos leales al rey fue cancelada precisamente para evitar choques. La marcha finalmente transcurrió sin incidentes.

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El rey jordano emitió el jueves un decreto por el que convocaba elecciones anticipadas para finales de este año o principios del que viene. Los islamistas dejaron claro ayer que piensan boicotear los comicios. Sin el brazo político de los Hermanos Musulmanes a bordo —el mayor partido opositor— y de otros grupos que han anunciado también su boicoteo, es dudoso que la cita electoral que contempla el monarca vaya a tener la legitimidad necesaria para calmar el descontento.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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