Friedrich Zimmermann, halcón de Helmut Kohl
Antiguo nazi, fue titular de Interior de la RFA de 1982 a 1989
A Franz-Josef Strauss, presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) entre 1961 y 1988, se le atribuye la popular máxima “a la derecha de la CSU solo puede estar la pared”. Durante décadas, Friedrich Zimmermann, fallecido el pasado domingo a los 87 años, se sentó junto a esa pared derecha del Parlamento (Bundestag). Los socialcristianos bávaros eran entonces una fuerza determinante no solo en el próspero land sureño, sino en toda la República Federal de Alemania. Zimmermann fue diputado al Parlamento de Bonn entre 1957 y 1991. La victoria del democristiano Helmut Kohl (CDU) en 1982 le convirtió en ministro de Interior. En 1989 pasó a Transporte, que ocupó hasta 1991.
Halcón a la derecha de los sucesivos gabinetes democristiano-liberales (CDU/CSU y FDP) de Kohl, Zimmermann es recordado por la polémica ley que prohíbe cubrirse la cara en las manifestaciones. También lleva su firma la controvertida norma que ofrece ventajas penales a los testigos principales en casos de terrorismo o crimen organizado. Zimmermann defendió una política de mano dura contra la inmigración ilegal y abogó por el endurecimiento del entonces generoso derecho de asilo alemán.
Nacido en 1925 en una familia acomodada de Múnich, Zimmermann fue militante del partido de Hitler NSDAP. Su biografía oficial enfatizaba que se alistó voluntariamente en el Ejército en 1943, dos años antes de la derrota Alemana en la II Guerra Mundial. En 1948 se apuntó a la CSU, a propuesta de su amigo Strauss. Entre 1955 y 1963 sería secretario general del partido socialcristiano, su gerente entre 1963 y 1967 y su vicepresidente entre 1979 y 1989. Entre 1976 y 1982 lideró el grupo parlamentario de la CSU en Bonn.
Su carrera meteórica se tambaleó en 1959, cuando fue condenado por perjurio durante un escándalo de corrupción en la concesiones de licencias para casinos en Baviera. Logró la anulación de la sentencia en 1961 gracias a un certificado médico que le diagnosticaba una “reducción de la capacidad de juicio”. Aunque el episodio fue objeto de chanzas durante el resto de su vida pública, Zimmermann se recuperó del revés político.
Se recuerda también su deficiente gestión tras la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986. Zimmermann negó categóricamente en televisión que la nube radiactiva de la central atómica estuviera afectando a Alemania. Como consecuencia, el Ministerio de Interior alemán perdió las competencias de Medio Ambiente. A pesar de eso, Zimmermann consideró que había logrado su mayor éxito político en ese campo: la introducción en Alemania de la gasolina sin plomo y los catalizadores. Sería como ministro de Transporte, después de que Wolfgang Schäuble (CDU) lo sustituyera en Interior en 1989.
Su catolicismo practicante no le impidió casarse por tercera vez en 1988. Tras perder su mandato parlamentario en 1991 y ante la falta de apoyos en las bases, el doctor en Derecho se retiró de la política para ejercer como abogado.
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