Los narcos mandan en Marsella
Hollande y su ministro Manuel Valls descartan enviar al ejército, como pide una senadora socialista, para atajar los crímenes violentos en la segunda ciudad de Francia La capital del sur ya ha vivido 14 asesinatos callejeros este año
El regreso del verano está siendo complicado para François Hollande, y la inmigración y la seguridad se han convertido en dos de los grandes rompecabezas del prematuro inicio de curso. Tras reanudar los desalojos de campamentos de gitanos, continuando así con la política represiva de Nicolas Sarkozy –lo que ha suscitado las críticas de la ONU-, el ministro del Interior, Manuel Valls, afronta ahora la incendiaria situación de Marsella.
La segunda capital de Francia vive frecuentes ajustes de cuentas y asesinatos callejeros entre grupos de traficantes de drogas, sobre todo en los barrios del norte de la ciudad, guetos de marginación y trapicheo donde los narcos resuelven sus cuitas a tiros. El verano ha sido especialmente sangrante, y el miércoles por la noche un hombre de 25 años murió asesinado en una calle de la ciudad con una ráfaga de disparos de fusil Kalashnikov, un crimen que elevó a 14 la cifra de víctimas registradas este año en actos violentos.
El joven circulaba en un Twingo negro conducido por una mujer cuado fue acribillado a balazos desde otro vehículo en un semáforo rojo. La conductora resultó levemente herida, de forma milagrosa según la policía, que encontró 30 casquillos de bala.
El episodio estilo ‘Chicago años 20’ ha generado la inquietud de muchos ciudadanos, y este jueves la senadora socialista Samia Ghali, que es además alcaldesa de los barrios 15 y 16 de la ciudad, ha pedido al Gobierno que envíe al Ejército al lugar para luchar contra el tráfico de drogas.
“Hoy, frente a las máquinas de guerra que utilizan las redes, solo el Ejército puede intervenir”, ha explicado Ghali en el diario local La Provence. “En primer lugar para desarmar a los camellos. Y después para bloquear el acceso de los clientes a los barrios, como en tiempos de guerra, con barricadas. Aunque dure un año o dos, es preciso hacer algo”.
Valls, que trata de mostrarse inflexible y utiliza una retórica inflamada, ha excluido de plano esa posibilidad, y Hollande, preguntado por un periodista durante su visita a Madrid, ha secundado su decisión. “Está fuera de cuestión que el Ejército pueda hacer frente a esos dramas y esos crímenes”, ha dicho el ministro nacido en Barcelona, que ha prometido que los socialistas darán una “respuesta global, en profundidad y particularmente fuerte” a la criminalidad.
El ministro ha añadido que Marsella ha sido “abandonada a su suerte” –sin citar al anterior Gobierno-, y ha recordado que el 6 de septiembre el Gabinete que dirige Jean-Marc Ayrault presidirá un comité interministerial que elaborará un “programa integral de acción” para Marsella y su periferia.
La derecha, que no logró cambiar la mala reputación marsellesa pese a permanecer diez largos años largos en el poder, ha aprovechado para acusar a Hollande y a su equipo de ser impotentes contra el crimen. “La izquierda no sabe hacer frente a la delincuencia”, ha enfatizado Bryce Hortefeux, exministro del Interior.
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