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Ositos de peluche por la libertad

El presidente de Bielorrusia destituye a dos jefes militares por permitir que un avión arrojara casi mil muñecos con mensajes contra el régimen

Pilar Bonet
Osos de peluche en paracaídas caen cerca de Minsk con mensajes democráticos.
Osos de peluche en paracaídas caen cerca de Minsk con mensajes democráticos.EL PAÍS

Una incursión aérea en la que se lanzaron más de ochocientos osos de peluche en paracaídas sobre los alrededores de Minsk ha costado el puesto a dos altos cargos militares de Bielorrusia, el jefe del Comité de la Frontera Estatal, general Igor Rachkovsky, y el jefe de las Fuerzas Aéreas y la Defensa Antiaérea, general Dmitri Pajmelkin. El presidente, Alexandr Lukashenko, ha destituido a los dos altos cargos “por el inadecuado cumplimiento de las obligaciones de servicio en el mantenimiento de la seguridad nacional de la República de Bielorrusia”, según informó el martes Belta, la agencia oficial de ese país.

El incidente por el que Lukashenko ha purgado y abroncado a la cúpula militar ocurrió el 4 de junio, cuando una avioneta ligera sueca que volaba a baja altura penetró al amanecer en el espacio aéreo bielorruso y lanzó los osos paracaidistas sobre la localidad de Ivenets y las afueras de la capital. Los peluches, equipados con letreros a favor de las libertades y la democracia, desafiaron al régimen de Lukashenko, en el poder desde 1994, justo un día después del gran desfile y la exhibición aérea con la que el régimen conmemoraba el día de la Independencia.

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La avioneta, fletada por la empresa de relaciones públicas sueca Studio Total, se adentró en Bielorrusia procedente de Lituania, para regresar por donde había venido tras lanzar su carga subversiva. Hasta la semana pasada, los medios de comunicación bielorrusos negaron este incidente que evoca la odisea del alemán Mathias Rust, que aterrizó en la plaza Roja de Moscú tras burlar las defensas aéreas de la Unión Soviética en mayo de 1987.

Después de que los osos hubieran sido reiteradamente fotografiados y filmados y el servicio de fronteras lituano confirmara la violación del espacio aéreo, Lukashenko acabó por admitir el suceso, y, en una reunión con la cúpula militar, increpó iracundo: “¿Por qué los jefes no interceptaron ese vuelo? ¿Acaso sintieron compasión? ¿Es negligencia de personas concretas o un error en el sistema de vigilancia de la frontera estatal en el espacio aéreo?”.

En relación con el suceso fueron encarcelados dos ciudadanos bielorrusos sospechosos de colaborar con la expedición sueca, aunque no se ha hecho pública la acusación oficial. Se trata de Antón Suryapin, un estudiante de periodismo que divulgó imágenes de los ositos en Internet, y Serguéi Bashrímov, un agente inmobiliario de Minsk. Ambos permanecen en un calabozo del Servicio de Seguridad del Estado de Minsk y pueden ser condenados a siete años de cárcel.

Además de los dos militares destituidos, el ministro de Defensa, Yuri Zhadobin, y el jefe del Estado Mayor, Petr Tijonovski, han recibido una advertencia por fallos en el servicio. Por su parte, el secretario de Estado del Consejo de Seguridad, Leonid Maltsev y el jefe del Comité de Seguridad del Estado, el general Vadim Zaítsev, han sido objeto de una amonestación severa.

Lukashenko es el principal aliado militar de Rusia y la defensa antiaérea de los confines occidentales de Bielorrusia es tarea común de los dos países. Moscú ha efectuado grandes inversiones en el sistema de defensa antiaérea en las fronteras con la OTAN, por lo que es de suponer que en Rusia la incursión de la avioneta sueca y la invasión de los peluches han causado tanta o más irritación que en Bielorrusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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