Los franceses otorgan todo el poder a François Hollande
El PS obtiene la mayoría absoluta y arrebata un centenar de diputados a la UMP Royal pierde su batalla fratricida en La Rochelle ante el disidente apoyado por la primera dama La extrema derecha regresa a la Asamblea, pero Marine Le Pen pierde el escaño
Los franceses han dado un cheque en blanco al Partido Socialista (PS) para dirigir el país durante los próximos cinco años. Con el 100% del voto escrutado, los socialistas obtienen la mayoría absoluta en la segunda vuelta de las legislativas y redondean el vuelco político iniciado con la victoria de François Hollande ante Nicolas Sarkozy en las presidenciales de mayo. Hollande podrá gobernar en solitario, sin depender de Los Verdes ni del Frente de Izquierda, y tendrá las manos libres para afrontar la profunda crisis europea y aprobar las 60 reformas prometidas en campaña.
El PS, que en 2007 tenía 204 diputados, lograba 314 escaños sobre 577, y superaba de largo la mayoría absoluta, que se sitúa en 289. El partido de la derecha Unión por un Movimiento Popular (UMP) sufre una severa derrota. Sumando los diputados del Nuevo Centro, la derecha suma 229 escaños, cuando hace cinco años tenía 353. Un espejo ha invertido la fotografía, y la Asamblea Nacional de 2012 será el negativo casi perfecto de la de 2007.
Los ecologistas –aliados del PS- mejoran sus expectativas de la primera vuelta y podrán formar grupo propio con 17 diputados. Mientras, el Frente de Izquierda no pasa de los 10 escaños, por lo que no alcanzaría los 15 suficientes para tener grupo parlamentario.
Con una abstención récord, estimada en el 44%, las legislativas de 2012 dejan dos lecturas históricas: por un lado, suponen el regreso al Parlamento de la extrema derecha, que obtiene tres escaños; por otro, arrojan la primera mayoría absoluta socialista desde 1981, cuando la ola de entusiasmo suscitada por la elección de François Mitterrand concedió al PS 285 diputados de los 491 totales.
De forma paradójica, Hollande tendrá hoy más poder del que tuvo nunca su referente político, porque controlará de forma simultánea la Asamblea Nacional, el Senado, el Elíseo y Matignon, sede del primer ministro, además de casi todas las regiones y las principales ciudades del país, una situación inédita para la izquierda durante la V República.
Tras perder las presidenciales, la UMP aspiraba a contener la “ola rosa” y confiaba en mantener al menos 250 diputados en solitario. Bastante por debajo de esa cifra, solo cabe hablar de naufragio. Ahora afrontará un futuro incierto, porque la tentación de aliarse con la extrema derecha es fuerte en algunos sectores. Pero las derrotas de Claude Guéant y de Nadine Morano, dos de sus dirigentes más extremistas, sugieren que la UMP ha perdido el centro político. El líder interino del partido, Jean-François Copé, admitió la derrota y convocó un congreso para noviembre.
El regreso a la Asamblea Nacional del viejo Frente Nacional, edulcorado ahora con la etiqueta Agrupación Bleu Marine, es también paradójico: obtiene dos diputados, pero su líder, Marine Le Pen, fracasa y pierde por un puñado de sufragios (114) la partida en Hénin-Beaumont (norte del país), batida por el candidato socialista.
Marion Maréchal Le Pen, de 22 años, nieta de Jean-Marie Le Pen y sobrina de Marine, se impone en una triangular ante los socialistas y la UMP en Carpentras (sur del país), y se convierte en la parlamentaria más joven de la V República. El Frente Nacional no tenía presencia en la Asamblea Nacional desde los años ochenta, aunque en 1997 logró un escaño que fue posteriormente invalidado. Su segundo diputado será el excéntrico abogado Gilbert Collard. La Asamblea contará además con un tercer diputado ultra, Jacques Bompart, elegido en el sureste, que no pertenece al FN
La mala noticia para la nueva mayoría fue la derrota de su baronesa Ségolène Royal en La Rochelle (oeste). La excandidata presidencial, que aspiraba a ser la primera mujer que preside la Asamblea Nacional, aceptó su derrota en la primera circunscripción de Charentes-Maritime antes de que cerraran los colegios. El disidente socialista Olivier Falorni se impuso por 63% a 37%. La guerra abierta por el tuit de la primera dama, Valérie Trierweiler, quien apoyó al tránsfuga mientras Hollande defendía a Royal, termina con la aparatosa caída de Royal, que acusó a su rival de haber pactado con la derecha. “Seguiré en política para luchar contra ese tipo de traiciones”, dijo la expareja de Hollande.
Las urnas certifican además la irrelevancia del centrista MoDEM, que logra dos diputados y sufre la derrota de su líder François Bayrou, que llevaba 25 años en el Parlamento.
La elección era decisiva también para veinte de los 34 ministros del Gobierno de Jean-Marc Ayrault, ya que este había condicionado su continuidad en el Gabinete a la conquista del escaño. La ironía es que el puesto de ministro y el de diputado son incompatibles en Francia, por lo que los miembros del Gabinete electos dimitirán y dejarán el sitio a sus suplentes. En la primera vuelta seis ministros lograron sus asientos por la vía rápida, entre ellos el propio Ayrault. Anoche, según el ministro del Interior, Manuel Valls (elegido con el 66%), todos los miembros del Gabinete fueron elegidos o reelegidos.
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