El centroderecha recorta la ventaja de la izquierda en Grecia

Vaivén de pronósticos electorales en Grecia. Si un día los sondeos dan como ganadora a Syriza (Coalición de Izquierda Radical, antirrescates), al día siguiente son los conservadores de Nueva Democracia (ND), partidarios de la política de austeridad impuesta por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los que aparecen en primer lugar en las encuestas, y viceversa. Las últimas, hechas públicas durante el fin de semana y favorables en su mayoría a ND, han disparado este lunes el índice general de la vapuleada Bolsa de Atenas un 6,87%, pero la ventaja puede ser tan coyuntural –y tan fugaz, en uno y otro sentido- como en el resto de las muestras divulgadas en los últimos días.

A 20 días de la nueva convocatoria electoral, lo único cierto es que la treintena de opciones que concurrieron a las urnas el pasado 6 de mayo se reducirán ahora en la práctica a un reñido mano a mano entre el centro-derecha y la izquierda, es decir, entre la obediencia y la contestación a los acreedores internacionales. En favor de la derecha juegan el cierre de filas y la asimilación por ND de algunos partidos pequeños, que el 6 de mayo quedaron fuera del Parlamento al no superar el 3% de los votos; también el miedo que, en forma de mensajes conminatorios (“o euro o dracma”), llegan a diario desde Berlín, la UE y el FMI. Las declaraciones este fin de semana de la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, sobre los griegos como defraudadores de impuestos, provocaron una respuesta tan airada por parte de los líderes políticos –y por cerca de 10.000 internautas, que inundaron su muro en Facebook- que Lagarde se vio obligada a rectificar y precisar que solo se refería a “los [griegos] más privilegiados” que evitan cumplir con el fisco. Comparar a los quejicas griegos con los necesitados niños de Níger tampoco resultó muy afortunado.

Cinco encuestas de intención de voto publicadas entre el sábado y el domingo –esta es la última semana que pueden divulgarse, pues la ley electoral prescribe dos semanas de apagón demoscópico antes de la votación- colocan en cabeza a ND, con entre el 25,6% y el 27,7% de los votos (un margen de entre 0,5 y 5,7 puntos sobre Syriza). Aunque la ley reserva un bono de 50 escaños para el partido ganador, los citados porcentajes no permitirían a los conservadores de Andonis Samarás formar Gobierno en solitario, aunque dos de los sondeos contemplan la posibilidad de un Gobierno de coalición entre ND y el otro partido prorrescates, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok): entre ambos superarían –con una superioridad de entre 11 y 16 escaños- la mayoría absoluta en la Cámara, de 300 escaños.

Christine Lagarde se ve obligada a rectificar tras llamar a los griegos evasores de impuestos

Mientras el líder de Syriza, Alexis Tsipras, hace campaña tanto dentro como fuera de Grecia –con viajes a Francia y Alemania, y un rosario de apariciones estelares en la prensa internacional-, Samarás, el líder conservador, ha optado por trabajar la cantera. Su primer éxito ha sido devolver al redil de ND a Alianza Democrática, el pequeño partido de la exministra y exalcaldesa de Atenas Dora Bakoyanis. Bakoyanis, miembro de otra ilustre dinastía política griega –es hija del ex primer ministro Konstantinos Mitsotakis-, fue expulsada de ND en 2010 por votar junto con el Pasok a favor del primer plan de rescate (Samarás y sus correligionarios se opusieron entonces). La manifiesta enemistad que se profesan Samarás y Bakoyanis ha quedado momentáneamente en segundo plano en aras de una hipotética victoria en las urnas.

Pero la formación de Bakoyanis no es la única que deshace el camino andado en 2010. Una facción de Laos (extrema derecha populista, fundado en 2000 por Yorgos Karatzaferis, también prófugo de ND) ha desembarcado de nuevo en el partido matriz, incluidos dos pesos pesados de la formación, que en 2009 logró 15 diputados y que el 6 de mayo se esfumó políticamente por su apoyo, entre noviembre y febrero, a la coalición de gobierno de socialistas y conservadores. Un tercer e influyente exdiputado podría regresar a Nueva Democracia en los próximos días. Mientras, la izquierda sigue fiel a sus esencias: rivalidades ideológicas y personales; desunión sempiterna. Es en esta línea en la que debe leerse el teórico -y inestable- vuelco de las intenciones de voto de cara al 17 de junio.