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Obama: "Tenemos una hoja de ruta para un final responsable de la guerra"

El presidente de EE UU afirma que Pakistán tiene que ser "parte de la solución"

Antonio Caño
El presidente de EEUU, Barack Obama, habla durante una rueda de prensa en la cumbre de Chicago.
El presidente de EEUU, Barack Obama, habla durante una rueda de prensa en la cumbre de Chicago.TANNEN MAURY (EFE)

La OTAN concluyó ayer su conferencia en Chicago “con una clara hoja de ruta para el final responsable de la guerra en Afganistán”, manifestó Barack Obama al término de la reunión. A juicio del presidente de Estados Unidos, la decisión de Francia de adelantar la retirada de sus efectivos militares no ha impedido que la OTAN haya alcanzado “un plan unificado” para ceder la iniciativa de los combates al Ejército afgano el año próximo y poner fin a la contienda al final de 2014.

El acuerdo para terminar la misión en Afganistán sirve, según Obama, para garantizar un futuro de estabilidad para ese país y, al mismo tiempo, reforzar el prestigio de la organización, que hubiera sido puesto en entredicho en el caso de una retirada precipitada.

“Salimos de Chicago con una Alianza que es más fuerte, más capaz y mejor preparada para el futuro”, manifestó el presidente norteamericano. Obama admitió que aún quedan por delante dos años en los que se pueden vivir situaciones difíciles, puesto que la insurgencia de los talibanes no ha sido por completo derrotada. Pero, según él, este tiempo servirá también para fortalecer las estructuras políticas y militares de Afganistán con el fin de ofrecerle a ese país una perspectiva esperanzadora.

El compromiso de la OTAN no terminará, según se ha decidido en esta cumbre, con el fin de las operaciones militares. La Alianza seguirá implicada tras esa fecha en el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad afganas y en la asistencia económica. La cuantía y el origen de esa asistencia se decidirá en julio próximo en una conferencia de donantes que se celebrará en Japón.

Paralelamente al debate sobre Afganistán, EE UU ha tenido que lidiar en Chicago con otro problema íntimamente ligado a ese conflicto: Pakistán. Finalmente, Obama conversó ayer brevemente con el presidente de ese país, Asif Ali Zardari, que hasta ahora se ha negado a reabrir las rutas de abastecimiento cerradas hace seis meses como represalia por la muerte de civiles paquistaníes en un bombardeo de la OTAN. El presidente norteamericano dijo estar convencido de que “Pakistán tiene que ser parte de la solución” a la guerra, aunque no aclaró si se había conseguido avanzar en la disminución de las tensiones con el Gobierno de ese país.

El calendario aprobado ayer permite a Obama presentarse ante su electorado, crecientemente hostil a la guerra, con un horizonte en el que Afganistán empieza a ser un asunto del pasado.

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