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Breivik se disculpa ahora con las víctimas sin compromiso político

El asesino confeso de 77 personas en Oslo continúa hoy el impactante relato de sus acciones en la sexta jornada del juicio

Breivik habla con su abogado en la sala.
Breivik habla con su abogado en la sala.REUTERS

Anders Breivik, el asesino confeso de 77 personas por motivos de odio ideológico el verano pasado en Oslo, ha pedido perdón este lunes a las víctimas de sus acciones que no tenían filiación política. "Quiero presentarles mis profundas disculpas", ha dicho, según lo ha citado France Presse. Se refería a los viandantes que murieron por causa del coche bomba que hizo estallar en el centro de la capital noruega en la primera de sus acciones criminales el 22 de julio de 2011. Breivik ha rechazado extender esas disculpas a las familias de los 69 jóvenes militantes socialistas a los que asesinó a sangre fría mientras celebraban un campamento del partido en la isla de Utoya, junto a la capital noruega.

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Breivik se refirió en concreto a un viandante que resultó muerto en el atentado con una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo, en el que fallecieron ocho personas, y a otras que resultaron heridas y sin "relación" con los partidos o con los distintos ministerios, ya que no son "objetivos legítimos", informa Efe.

"Quiero enviarles una gran disculpa y lamentar lo ocurrido. El objetivo no es atacar a civiles inocentes como eran estos", dijo este lunes en el último día de su declaración en el juicio que contra él se sigue en el tribunal de Oslo.

El fiscal Svein Holden le preguntó luego si quería presentar una disculpa similar al resto de familiares de las víctimas de los atentados, pero Breivik respondió con un escueto "no", y reiteró que al menos 44 de los 69 muertos en la masacre de la isla de Utoya tenían "puestos de responsabilidad" en las Juventudes Laboristas.

Con esta disculpa parcial, Breivik ha comenzado este lunes la continuación de su alegato en el juicio por los asesinatos, que hoy encara su sexta jornada. El pasado viernes, en la primera parte de su declaración, el ultraderechista hizo un estremecedor relato de cómo llegó a la isla de Utoya, superó sus dudas iniciales y empezó a disparara a la cabeza a jóvenes que suplicaban por su vida al grito de "¡vais a morir hoy, marxistas!".

El extremista noruego sabía que entre las cerca de 600 personas que asistían al campamento en Utoya -un "campo de adoctrinamiento", según él- había voluntarios de la ONG Ayuda Noruega al Refugiado, que considera "parte del lobby por el asilo político que trabaja para que Noruega acoja el mayor número posible de refugiados".

Breivik reiteró que es consciente del "sufrimiento" que ha causado a los familiares, pero que es "una pequeña barbarie para impedir otra barbarie mayor", la destrucción de la cultura y del pueblo noruego a manos de los defensores del "multiculturalismo".

El ultraderechista noruego añadió que él también ha sacrificado "todo", familia y amigos incluidos, aunque él sí tenía elección.

Breivik señaló que para reconstruir los hechos se había ayudado de los informes policiales, aunque continuó explicando algunos aspectos nuevos. Dijo por ejemplo que había respetado la vida del joven Adrian Pracon, secretario de las Juventudes Laboristas en la región de Telemark, porque le parecía que tenía "mucho aspecto de ser de derechas" y que le recordaba a él mismo, aunque tampoco estaba seguro de si había sido por eso.

Pracon es uno de los supervivientes de la matanza, y tras recuperarse de sus heridas, ha escrito un libro sobre sus recuerdos, que ha recibido gran atención mediática en Noruega.

Breivik, que continuaba declarando ante el tribunal, reveló también que pensó en colocar de antemano un pequeño avión en Utoya para huir después de la matanza, aunque al final desechó la idea.

En la primera jornada del juicio, que se espera que dure un total de 10 semanas, Breivik se declaró culpable de los 77 asesinatos y rechazó cualquier intento de ser declarado mentalmente irresponsable de sus actos. En todo momento ha dejado claro que quiere ser considerado cuerdo a efectos penales.

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