La UE quiere prohibir el lujo a los Asad
Con esa sanción simbólica intenta que la familia presidencial no pueda vivir ajena a la guerra civil larvada que sufre Siria
Asma el Asad, la esposa del presidente de Siria, no podrá comprar bolsos de Vuitton ni perfumarse con Shalini o Chanel. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europa se disponen a impedir el acceso al lujo a la familia de Bachar el Asad como hace ya un mes le prohibieron entrar en el Viejo Continente donde congelaron sus bienes
A petición de Francia, el país europeo donde se concentra el grueso de la industria del lujo, los Veintisiete estudiarán, y probablemente aprobarán, una nueva serie de sanciones contra el régimen sirio. Entre esas medidas de castigo figura la prohibición de exportar a Siria productos lujosos junto con otras de índole comercial.
“Se trata de que la familia Asad compruebe en su vida diaria que también le afecta lo que sucede en el país”, comenta un diplomático europeo dedicado a Oriente Próximo. “Es una medida simbólica que pone de relieve que estamos agotando el repertorio de medidas contra los Asad”, reconoce.
En la historia de las sanciones internacionales adoptadas por organismos internacionales contra regímenes autoritarios la interdicción de la exportación de bienes de lujo no tiene precedentes. Asma el Asad y su entorno tienen una gran afición por el lujo como quedó demostrado, a mediados de marzo, por los correos electrónicos privados desvelados por el diario británico The Guardian.
La del próximo lunes será la decimocuarta ronda de sanciones adoptadas por la UE contra Siria que afectan a 126 personalidades vinculadas al régimen, incluida la familia presidencial, y 41 instituciones y empresas empezando por el Banco Central.
La prohibición del lujo es una sanción simbólica porque si los jerarcas del régimen desean adquirir productos costosos siempre podrán hacerlo en el vecino Líbano –Damasco está a 90 kilómetros de Beirut- e introducirlos en Siria.
La UE desearía que otros países miembros del llamado Grupo de Amigos de Siria, que impulsa una transición en ese país sumido desde hace más de un año en una guerra civil larvada que se ha cobrado más de 10.000 muertos, adopten sanciones similares a las suyas. “Sería bueno que Turquía y algunos gobiernos árabes –no los del Golfo que están en primera línea- hagan lo propio”, recalcó el diplomático europeo.
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