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¿De qué legalización hablamos?

El debate impulsado por el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina es más político que práctico. El mercado crucial para resolver la problemática causada por el narcotráfico es el de la cocaína

El cuerpo de un taxista asesinado yace en Acapulco, Guerrero (sureste de México).
El cuerpo de un taxista asesinado yace en Acapulco, Guerrero (sureste de México).Bernandino Hernandez (AP)

La petición del presidente guatemalteco, el conservador Otto Pérez Molina, de “abandonar toda premisa ideológica” acerca del debate sobre la legalización de las drogas alentó que el tema fuera uno de los protagonistas de la VI Cumbre de las Américas. El rechazo del presidente estadounidense, Barack Obama no ha sorprendido a nadie: “La legalización no es la solución”, el mantra repetido por los Gobiernos estadounidenses desde que Ronald Reagan emprendiera su propia ofensiva contra el narcotráfico. Pero la sangría provocada por una agresiva estrategia antidrogas que causó decenas de miles de muertos en Colombia en los noventa, y ha dejado otros tantos más —cerca de 60.000 desde 2006 en México— en la región abre de nuevo el debate. ¿De verdad no es la solución?

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La respuesta es mucho más complicada. “Por más que los países productores y de tránsito abran la discusión sobre la regulación de nada sirve si los países consumidores no se lo plantean”, explica el investigador mexicano Alejandro Hope, especializado en el estudio del tráfico de drogas. Y si bien Obama reconoció en una entrevista esta semana que Estados Unidos, el mercado de consumo más grande del mundo que gasta anualmente más de 64.000 millones de dólares (unos 48.900 millones de euros) en drogas, era “parte del problema”, el desconocimiento sobre el tema está más que extendido en EE UU.

Un informe encargado por el Senado norteamericano en septiembre de 2011 reconoce que “la mayoría de los estadounidenses no son conscientes de la manera en que el consumo de drogas influye directamente en la violencia en México y Centroamérica”. La Organizaciones de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) calcula que un 95% del total de los narcóticos que llegan a EE UU pasan por México, Honduras, Guatemala y El Salvador.

“Queda claro que el debate internacional sobre política de drogas es menos serio de lo que debiera ser”, explica Hope. “Por ejemplo: América Latina no tiene un problema con las drogas, tiene un problema con la cocaína

. Si mañana legalizan la marihuana, a países como Guatemala les da igual. El tema serio está en la cocaína, que representa la mayor parte de las ganancias de los carteles del narcotráfico”. Y el rechazo a la legalización de la cocaína es mucho mayor que el de otras drogas como, precisamente, la marihuana. “No he visto ningún estudio en la que el índice suba del 10%”, detalla.

Aun así, hay indicios positivos. “El cambio más significativo es que Washington ha aceptado que se debe tener esta discusión”, afirma Ethan Nadelmann, director del think tank Drug Policy Alliance. “Es evidente que son pequeños pasos y que, en definitiva, las discusiones significativas se habrán dado a puerta cerrada”.

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