Multitudinario adiós en El Cairo al Papa copto Shenuda III
El sínodo elegirá en tres meses una terna de la que saldrá el nuevo líder cristiano egipcio
Miles de cristianos egipcios se han desplazado la mañana del martes al barrio cairota de Abasiya para participar en el funeral del papa Shenuda III, el patriarca de la iglesia Ortodoxa Copta, que tuvo lugar en la catedral de San Marcos. Shenuda III falleció el pasado sábado a la edad de 88 años a causa de complicaciones en una enfermedad crónica que padecía desde hacía años.
Tras las avalanchas en la catedral provocadas por los miles de fieles que querían dar su último adiós al carismático patriarca, y que se saldaron con tres muertos por asfixia y más de 130 heridos, la iglesia decidió que tan solo podrían acceder al recinto 4.000 personas previa invitación. Sin embargo, en los aledaños de la catedral se han instalado pantallas para que los feligreses, venidos de todo el país, pudieran seguir la ceremonia.
Entre los asistentes, han figurado los principales líderes políticos y sociales del país, como el mariscal Husein Tantaui, el presidente de la Junta Militar; el primer ministro Kamal Ganzuri, y el presidente del Parlamento, el islamista Saad Katatni. Asimismo, también acudieron Ahmed el-Tayeb, el gran imán del Azhar, la principal institución del Islam suní, y los embajadores de numerosos países.
Elegido patriarca en 1971, Shenouda III era una figura paternal y carismática dentro de la comunidad copta, que representa un 9% de los 85 millones de habitantes de Egipto. Asimismo, gozaba también de las simpatías de buena parte de los musulmanes a causa de sus posiciones nacionalistas, sobre todo en relación a Israel.
No obstante, su decisión de intervenir de forma directa en la política del país —apoyó al régimen de Mubarak hasta sus últimos días— y su defensa de los postulados teológicos más conservadores resultaron muy controvertidas entre una comunidad en plena efervescencia.
La exequias fueron dirigidas por varios obispos, entre ellos el de la provincia de Beheira, Pajumios, escogido el domingo como líder interino de la iglesia hasta que se celebre el sínodo que elegirá el sucesor de Shenuda III, y que tendrá lugar durante los próximos tres meses.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue cuando el obispo Pefnotios leyó una carta que el Papa dejó preparada para su funeral. “Soy vuestro padre ... preservad la paz, y estad cerca de vuestros seres amados, promoved las buenas obras, y no os desviéis del camino”, rezaba la misiva.
Después de cerrar su ataúd, fue trasladado a hombros por varios religiosos, mientras centenares de fieles se agolpaban para tocarlo y besarlo, y la multitud cantaba: “Nosotros te amamos, padre”. Numerosos asistentes derramaron lágrimas durante las exequias, una muestra más de la devoción que despertaba entre los cristianos coptos el patriarca, que será enterrado en un monasterio situado en Wadi Natrun, y en el que pasó varios años siendo monje.
Según la normativa de la iglesia, una de las más antiguas de la cristiandad al ser fundada por San Marcos en el siglo I, el sínodo debe estar formado por obispos, arzobispos y laicos. Su tarea consiste en seleccionar un comité encargado de proponer una terna de candidatos. Sus nombres serán depositados en una urna, y la mano inocente de un niño menor de 9 años y con los ojos vendados, presuntamente guiada por la voluntad de Dios, escogerá el nuevo Papa.
A causa de la politización de la institución, que en las últimas semanas ha sido incapaz de consensuar el apoyo a un candidato presidencial, el proceso de selección se prevé tenso. Entre los favoritos para convertirse en el próximo patriarca, figuran los obispos Mussa y Yohanes, ambos muy cercanos a Shenuda III, sobre todo durante la última fase de su papado, cuando su delicada salud limitó su actividades.
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