El Ejército sirio intensifica la represión en Homs coincidiendo con la llegada de los observadores
Una veintena de personas han muerto en las últimas horas en el bastión de la oposición El jefe de los observadores afirma que se ha reunido con varios responsables gubernamentales que se han mostrado cooperativos y "por ahora" no ha habido restricciones El organismo panárabe tiene previsto visitar Homs el jueves
“No tenemos ni agua, ni luz, ni gasolina”. “Hay 25 cadáveres sin recoger”. “Estamos siendo bombardeados”. “No hay leche para nuestros hijos”. “Que Alá castigue a Bachar [presidente de Siria]: que mueran sus hijos para que sienta lo mismo que nosotras”. Las mujeres, la mayoría con la cara tapada para evitar ser reconocidas, se suceden ante la cámara del teléfono móvil para denunciar la situación en Bab Amro, el barrio más castigado de Homs, la ciudad más castigada de Siria.
En otro vídeo, enviado este lunes por los rebeldes de Homs, la tercera ciudad del país con 823.000 habitantes, se muestra él va y ven de los carros de combate que disparan contra edificios. En otros dos vídeos se ven los cuerpos sin vida de varios varones en una callejuela de Bab Amro sobre la que ha caído un proyectil.
Coincidiendo con la llegada de los observadores de la Liga Árabe a Siria, el Ejército leal al presidente Bachar el Asad ha lanzado una ofensiva sobre los barrios rebeldes de Homs, empezando por el de Bab Amro, bombardeado desde el viernes pasado. “Los disparos de proyectiles y de ametralladoras pesadas contra Bab Amro han causaron, el lunes por la mañana, al menos 14 muertos y una decena de heridos”, señalaba desde Londres el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Por la tarde los muertos ya superaban los 20.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa al grueso de las corrientes de oposición, lleva desde el domingo pidiendo a la misión de observadores de la Liga Árabe que viaje de inmediato a Homs situada tan solo a 160 kilómetros al norte de Damasco. Unos 4.000 soldados cercaban ese barrio, según el CNS, contra el que darán el asalto tras el bombardeo.
Por ahora Bab Amro y otros barrios están en manos de la rebelión. Los intenta proteger el llamado Ejército Libre de Siria compuesto por desertores, generalmente soldados o suboficiales de confesión suní. Homs tiene, junto con Hama, una larga tradición de insurrección con el régimen sirio.
El Gobierno francés se sumó a la petición del CNS. “(…) las autoridades de Damasco deben permitir imperativamente el acceso (…) de los observadores a Homs”, declaró el portavoz de la diplomacia francesa, Bernard Valero. Algunas fuentes de la delegación de la Liga Árabe han indicado que se desplazarían a esa ciudad mañana martes.
El general sudanés que manda la misión de la Liga, Mustafa Dabi, no se ha comprometido a viajar a Homs en una fecha concreta. Él llegó el sábado a Damasco y el grueso de sus subordinados –medio centenar de observadores militares y civiles- lo hizo el lunes. “Estamos en Damasco ahora, hemos empezado nuestra misión y nos vamos a dirigir a otras ciudades antes de lo que se cree”, declaró este lunes en una entrevista con la agencia Reuters. “Nuestros hermanos sirios están cooperando muy bien y sin poner por ahora restricciones”, recalcó.
La oposición sospecha, sin embargo, que el régimen está tendiendo trampas a los observadores. En la provincia de Idlib, en el norte del país, las fuerzas de seguridad están cambiando las señales de tráfico para inducirles en error, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Miles de presos han sido sacados de las cárceles y trasladados a cuarteles militares, donde los observadores no pueden entrar, y, en algunos casos, liberados, según otras fuentes de la oposición.
Algunas familias sirias tienen la intención de acercarse a los observadores para entregarles listas con nombres de desaparecidos desde que, a mediados de marzo, empezaron en Siria las protestas. Además de los 5.000 muertos contabilizados por la ONU hay, según la oposición, unos 15.000 desaparecidos. Se cree que muchos de ellos están encarcelados, pero otros habrían sido asesinados a sangre fría.
Damasco aceptó el 2 de noviembre el plan la Liga Árabe sobre Siria que prevé el fin de la violencia, la liberación de los presos, la retirada del Ejército de las ciudades y la libre circulación dentro del país de la prensa y de los observadores árabes. Desde que dio su luz verde a esa propuesta ha acentuado la represión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.