EE UU se plantea crear un sistema para indemnizar a víctimas de ensayos médicos

La comisión que el presidente Barack Obama creó para que investigara el tratamiento a pacientes de experimentos médicos realizados por el gobierno de Estados Unidos, después de que se supiera que en los años cuarenta del siglo pasado se había infectado intencionalmente a guatemaltecos con sífilis y gonorrea, ha concluido su labor y ha emitido hoy un informe en el que asegura que aquel incidente fue una excepción y que no hay casos similares en el pasado reciente. Aun así, recomienda al Gobierno federal que cree un fondo de indemnizaciones para pagar a aquellos pacientes que tomen parte en experimentos y acaben sufriendo secuelas médicas.

“Lo que esta comisión ha concluido es que nada similar a lo que sucedió en Guatemala podría suceder hoy con investigaciones financiadas con fondos federales”, explicó ayer en conferencia de prensa telefónica la presidenta de esa delegación, Amy Gutmann. “Lo que sucedió en Guatemala se ha calificado, adecuadamente, de bárbaro, por el nivel de maltrato y por la violación de la dignidad humana en esos experimentos. La comisión ha llegado a la conclusión de que las normas y regulaciones ahora en pie hacen que lo ocurrido en Guatemala sea una cosa del pasado”.

En este momento, hay 18 agencias del Gobierno de EE UU que efectúan experimentos con pacientes humanos. Existen, en total, 55.000 proyectos de investigación dentro y fuera de EE UU. Según reveló en 2010 la profesora Susan Reverby, de la Universidad de Wesley, entre 1946 y 1948, 696 presos, soldados y pacientes de hospitales psiquiátricos fueron infectados con sífilis y gonorrea para analizar los efectos de esas enfermedades y los efectos de la penicilina sobre ellas. El gobierno de Obama pidió entonces perdón y ordenó la creación de la Comisión para el Estudio de Asuntos Bioéticos, que hoy presenta sus resultados.

La comisión ha efectuado una serie de recomendaciones para evitar casos como el de Guatemala. La principal es que el gobierno cree una base de datos con cada experimento en que tomen parte seres humanos y que se mantenga actualizado rigurosamente. “Cuando las agencias federales carecen de los mecanismos internos para ofrecer la información necesaria sobre los experimentos que financian, operan con limitaciones que les impedirían responder a las indagaciones del presidente sobre qué mecanismos tienen en pie para proteger a los pacientes”, añadió Gutmann.

Otra recomendación importante es crear un sistema de compensaciones para pagar los gastos médicos derivados de secuelas sufridas por los pacientes. Hoy en día, esos experimentos son totalmente voluntarios. Muchos de ellos se efectúan ofreciendo dinero a los pacientes. Otros brindan tratamientos experimentales a aquellas personas que aquejan de enfermedades raras. La comisión recomienda al gobierno en su informe que establezca los parámetros por los que cubrirá las visitas médicas y los medicamentos que deban recibir esos pacientes.

“Dado que los individuos que resulten afectados por secuelas de las investigaciones no deberían cargar con los gastos de los tratamientos acarreados, el Gobierno federal, a través de la Oficina de Políticas para la Ciencia y la Tecnología del Departamento de Sanidad, debería iniciar de forma rápida un estudio de las circunstancias de esas secuelas, para determinar si se necesita un sistema nacional de compensaciones o tratamientos de heridas relacionadas con esos experimentos”, se asegura en el informe. Si se creara un programa semejante, aquellas personas que sufran ahora secuelas por los experimentos en Guatemala podrían recibir compensaciones. Los portavoces de la comisión rechazaron detallar ayer de qué cuantía serían esas compensaciones indemnizaciones, pero indicaron que cubrirían únicamente gastos médicos y no morales.