Francia y Turquía aumentan la presión sobre Siria

Francia y Turquía continúan con su estrategia de estrechar el cerco diplomático sobre el régimen de Bachar el Asad, cuya represión de las protestas ciudadanas ha causado más de 3.500 muertos según la ONU.

El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé ha dicho hoy en Ankara, donde se encuentra de visita oficial, que es necesario imponer “sanciones más severas” a Siria y se mostró escéptico respecto a la voluntad del régimen de dialogar o de frenar la matanza de civiles.

Su homólogo turco, Ahmet Davutoglu, advirtió de que, “si los ataques [contra la población] continúan, obviamente habrá que adoptar más medidas, empezando por sanciones económicas para que podamos poner fin a esta masacre”. Turquía, estrecho aliado de Siria hasta que empezó la violencia, es uno de los actores más influyentes en la región.

Después de violar el acuerdo alcanzado con la Liga Árabe de poner fin a la represión, y de haber sido suspendido de la organización, el régimen de El Asad intenta ahora poner condiciones al envío de una misión de observadores para evaluar la aplicación del plan de paz y la violencia contra civiles. El secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elaraby, ha informado hoy de se están estudiando las enmiendas que planteó por carta el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem.

Una fuente confidencial de la Liga Árabe va aún más allá y ha asegurado a la cadena británica BBC que Siria va a aceptar la llegada de observadores de la Liga y que así se lo ha hecho saber Damasco al organismo. La misma fuente afirmó que se están negociando algunos ajustes, que pueden ser esas mismas enmiendas al envío de observadores, pero que no “ponen en riesgo la misión [de los observadores]”.

La Liga Árabe sancionará a Siria si no aplica a partir de la próxima semana el plan de paz pactado con Damasco, que exige la retirada del Ejército de las ciudades rebeldes, frenar la represión e iniciar un diálogo con la oposición dentro de dos semanas.