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Putin propone a la UE una integración euroasiática desde Lisboa a Vladivostok

Es la primera iniciativa de política exterior como candidato a volver a la presidencia de Rusia

Pilar Bonet
Durao Barroso, Merkel y Putin, durante la cumbre UE-Rusia en 2007.
Durao Barroso, Merkel y Putin, durante la cumbre UE-Rusia en 2007.EFE (EFE)

Contra la crisis económica global, la integración económica euroasiática. Desde Lisboa a Vladivostok. Con esta propuesta el jefe de Gobierno de Rusia, Vladímir Putin, tienta a la Unión Europea en un artículo publicado hoy en el diario Izvestia. Se trata de la primera iniciativa en política exterior del primer ministro en calidad de candidato a la presidencia de Rusia, cargo que ocupará con toda probabilidad tras legitimarse en los comicios de marzo de 2012.

La crisis financiera mundial obliga a buscar nuevos recursos para el crecimiento económico, pero también da “un impulso extra” a los procesos de integración, señala Putin sobre el telón de fondo de las crecientes dificultades financieras de Rusia debido a su dependencia de las exportaciones de hidrocarburos. La UE es el principal cliente del petróleo y el gas rusos.

“La elaboración de modelos de crecimiento global para superar la crisis está resultando muy difícil”, señala Putin, que aboga por la creación de asociaciones de asociaciones, a modo de “ladrillos” integradores que, según él, darían un carácter de estabilidad a la economía mundial.

La idea de crear un espacio de libre comercio entre Rusia y la UE está recogida en proyecto de tratado entre Bruselas y Moscú que debe sustituir al Acuerdo de Asociación y Cooperación que expiró en 2007. Sin embargo, tanto el ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio como la firma del tratado se han demorado.

La Unión Euroasiática se construirá sobre principios universales, unida por valores comunes de la libertad, la democracia y las leyes de Mercado”

Vladímir Putin

Ahora, Putin recicla la idea con una nueva estructuración y un nuevo marco, basada, por una parte, en la UE y, por la otra, en organizaciones existentes o en gestación en el espacio de las repúblicas exsoviéticas en el que Rusia es el principal actor. Putin se refiere en primer lugar al Espacio Económico Único (EEC, formado por Rusia, Kazajistán y Bielorrusia) que comenzará a funcionar plenamente el próximo 1 de enero y que ya comenzó su singladura al eliminarse las aduanas entre los tres países el pasado 1 de julio.

Según Putin, el complicado camino para llegar a esta integración comenzó hace 20 años. Interpretando bajo esta óptica la desintegración de la URSS, el político señala que la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) fue el modelo que “ayudó a conservar miles de millones de vínculos culturales y espirituales que unen a nuestros pueblos (…) así como relaciones de producción y económicas sin las cuales no es posible imaginar nuestras vidas”. Sobre la base de la CEI se han creado otras unidades integradoras, tales como la Unión de Bielorrusia y Rusia (de ambiciosos y estancados objetivos), la Organización del Tratado de Defensa Colectiva (OTDC), y la Comunidad Económica Euroasiática, entre otras.

Putin admite haberse inspirado

“Ahora, de la Unión Aduanera nos movemos hacia el EEU. Creamos un mercado colosal con más de 165 millones de consumidores, con legislación unificada, libre movimiento de capitales, servicios y mano de obra”, afirma Putin, que admite haberse inspirado en el tratado de Shengen (que eliminó las fronteras entre países centrales de la UE). Ahora, subraya, ya no se necesitará equipar técnicamente los 7.000 kilómetros de frontera entre Rusia y Kazajistán”, concluye. “No se trata de recrear la URSS de una u otra forma”, señala Putin, aunque hace propaganda de la herencia recibida de aquel país en infraestructura, especialización productiva, lengua, espacio científico y cultural.

Sobre la Unión Aduanera y el Espacio Económico Único, ampliados con Kirguizistán y Tadzhikistán, Putin quiere pasar a la Unión Económica Euroasiática. “No nos paramos en esto y nos proponemos una tarea ambiciosa, pasar al siguiente y mayor nivel de integración, a la Unión Euroasiática”. Aludiendo a Ucrania, que se ha negado a ingresar en la unión aduanera, el primer ministro ruso señala que no existe contradicción entre los proyectos integradores en el espacio postsoviético y la opción europea. “La Unión Euroasiática se construirá sobre principios de integración universales como parte inseparable de la Gran Europa, unida por los valores comunes de la libertad, la democracia y las leyes de Mercado”.

Ahora, la Unión Aduanera y en el futuro la Unión Euroasiática se convierte en participante en el diálogo con la UE. De este modo, la pertenencia a la Unión Euroasiática, además de las ventajas económicas directas, permitirá a todos sus participantes integrarse en Europa más rápidamente y de forma más segura. "Un sistema de asociación entre la Unión Euroasiática y la UE equilibrado y económicamente lógico permitirá crear condiciones reales para los cambios de configuración geopolíticos y geoeconómicos de todo el continente y tendría sin duda un efecto global positivo”, señala.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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