La justicia iraní desmiente la liberación de los dos montañeros norteamericanos
El presidente Ahmadineyad anunció ayer que serían puestos en libertad en dos días
El poder judicial iraní ha negado que los estadounidenses Shane Bauer y Josh Fattal, condenados a ocho años de cárcel por espionaje y entrada ilegal a Irán en 2009, vayan a ser liberados bajo fianza como ayer adelantó el presidente de Irán,Mahmud Ahmadineyad. Las justicia del país ha aclarado que está estudiando la solicitud realizada por el abogado de los dos excursionistas norteamericanos, según ha informado la web oficial dadiran.ir.
El abogado de Bauer y Fattal, Masud Shafii, dijo ayer que los dos estadounidenses iban a quedar en libertad bajo fianza de unos 500.000 dólares -364.000 euros- cada uno sólo horas después de que el presidente Ahmadineyad anunciase que su liberación era cuestión de días. En una entrevista con The Washington Post, el presidente informó que él había otorgado un "perdón unilateral" a los dos estadounidenses, que calificó como "un gesto humanitario". "Sólo el poder judicial informará de este tema y cualquier tipo de información al respecto por parte de otras personas no está justificada", advirtió en una nota el portal oficial del poder judicial iraní, en lo que parece una advertencia a Ahmadineyad.
El pasado 21 de agosto, el fiscal general de Teherán, Abbas Yafari Doulat Abadi, confirmó de forma oficial la sentencia de ocho años de cárcel para Bauer y Fattal, detenidos en 2009 junto a Sarah Shourd cuando hacían senderismo en una zona montañosa del Kurdistán iraquí donde la frontera entre Irán e Irak es difusa. Hace un año, Shourd fue puesta en libertad bajo fianza de 500.000 dólares, por razones de salud y humanitarias y volvió a su país, pero sus dos compañeros han permanecido en una cárcel de Teherán. Al confirmar la sentencia de Bauer y Fattal, Doulat Abadi aclaró que los condenados tenían 20 días para recurrir la sentencia, lo que hizo su abogado y ayer era el día de la apelación.
La vista final del juicio contra Fattal, Bauer y Shourd se celebró el pasado 31 de julio y la sentencia, según la ley, se debía haber hecho pública antes del 7 de agosto, pero se retrasó. El pasado 6 de agosto, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, mostró su esperanza en que el juicio de Fattal y Bauer llevara a su liberación y agregó que la justicia iraní había seguido el caso de forma "justa". Al mismo tiempo, Salehi pidió "la liberación de los iraníes detenidos en EEUU" y citó a Shahrzad Mir Gholi Khani, acusada de espionaje por las autoridades de Washington.
Los tres acusados se habían declarado inocentes y habían pedido la absolución. Según ellos, en ningún momento tuvieron intención de entrar en territorio iraní y todo fue fruto de una confusión después de que se desorientasen y erraran su camino. Shourd explicó a la prensa estadounidense el pasado noviembre que, en realidad, no penetraron en Irán hasta que unos policías iraníes les hicieron un gesto para que se aproximaran a donde ellos estaban. Según su relato, les dijeron "esto es Irán", antes de señalar la carretera donde se hallaban previamente y decirles: "eso es Irak", momento en que procedieron a arrestarlos.
La línea divisoria entre los dos países en la zona del Kurdistán no está suficientemente delimitada desde la guerra que ambas naciones libraron entre 1980 y 1988. El juicio se enmarca en las hostiles relaciones que mantienen Irán y Estados Unidos, que rompieron sus lazos diplomáticos tras el triunfo en 1979 de la revolución que expulsó al último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahleví, e instauró la República Islámica.
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