Irán libera a los dos estadounidenses condenados por espionaje

Los dos excursionistas estadounidenses condenados en Irán por espionaje, Shane Bauer y Josh Fattal, han abandonado la prisión de Evin, en Teherán, donde estaban recluidos, en un coche oficial de Omán y se han dirigido hacia el aeropuerto, según ha confirmado una fuente diplomática. Según la televisión estatal iraní, los dos norteamericanos han sido entregados por las autoridades penitenciarias a la embajadora de Suiza en Teherán, que representa los intereses de Washington en el país. Horas después de la liberación, el presidente de EE UU, Barack Obama, ha expresado, mediante un comunicado, su satisfacción por la puesta en libertad de los excursionistas.

Ambos jóvenes, de 29 años, fueron introducidos en un coche en la puerta de la cárcel de Evin y trasladados al aeropuerto de Mehrabad, en el oeste de la capital, desde donde embarcaron rumbo al sultanato de Oman, país que ha sido clave en la negociación de su liberación. Un diplomático de Oman les esperaba esta mañana frente a la puerta de la cárcel de Evín, en el norte de la capital, junto a la embajadora de Suiza en Irán. Obama agradeció al sultán Qabús bin Said de Omán, al Gobierno suizo y al presidente iraquí, Yalal Talabani, su trabajo para conseguir la excarcelación de los dos excursionistas.

Unas horas antes, la Justicia iraní había confirmado oficialmente que Bauer y Fattal, condenados a ocho años de cárcel por espionaje y entrada ilegal al país, serían puestos en libertad bajo fianza. Según la web oficial del poder judicial dadiran.ir, el Tribunal de Apelación de Teherán ha aceptado que los dos norteamericanos sean liberados a cambio de una fianza de cinco millones de riales (unos 300.000 euros) cada uno.

"Ya tenemos la segunda firma, creo que hoy se terminarán todos los trámites y Dios quiera que hoy mismo queden libres", ha explicado a Efe su abogado, Masud Shafii, Bauer y Fattal fueron arrestados el 31 de julio de 2009 junto a su compañera Sarah Shourd, cuando al parecer hacían senderismo en una zona del Kurdistán donde la frontera entre Irán e Irak es difusa y sigue siendo todavía objeto de disputas.

Hace un año, Shourd fue puesta en libertad bajo fianza de 500.000 dólares (357.000 euros), por razones de salud y humanitarias y volvió a su país. Los tres, que insisten en su inocencia, aseguran que se perdieron y que en ningún momento tenían intención de entrar en territorio iraní, a donde llegaron porque les llamó una patrulla persa que vigilaba la región. El pasado 21 de agosto, el fiscal general de Teherán, Abas Yafari Dolatabadi, confirmó que Bauer y Fattal habían sido condenados a ocho años de prisión. Un día después, su letrado anunció que apelaría dentro del plazo de 20 días estipulado por la ley.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció la semana pasada su puesta en libertad, como gesto simbólico antes de partir hacia Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU. Al igual que en el caso de Shourd, Ahmadineyad alegó "razones humanitarias" para justificar una decisión que ha creado polémica en el páis y en el mismo contexto de pulso con el poder judicial. La liberación de los dos presos asume importancia política ya que se enmarca en las hostiles relaciones que mantienen Irán y Estados Unidos, que rompieron sus lazos diplomáticos tras el triunfo en 1979 de la revolución que expulsó al último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahleví, e instauró la República Islámica.