Un indignado es todo lo contrario de un encuadrado. Este atiende obedientemente al catecismo y al magisterio y es una fabricación de la sociedad jerárquica. Los encuadrados siguen al Che o a Cristo, mientras que los indignados huyen de santurrones y redentores como gatos escaldados. El indignado solo atiende a su propio criterio y, sobre todo, a su indignación, y la única jerarquía que admite es la que se impone en la espontaneidad de la plaza. A veces manipulada, claro está, porque nada es más deslizante que la democracia directa, capaz de convertirse en la fórmula secreta del autoritarismo para meter en el redil a esas ovejas descarriadas e indignadas.
Jóvenes felices y bien encuadrados nos cuentan el cuento de un mundo que de pronto regresa al viejo orden moral y a la jerarquía cálida de la familia y de los bondadosos pastores espirituales. Convocados por unos jerarcas ancianos que se regalan con la ficción de unos baños de juventud en vísperas de su extinción, biológica e incluso ideológica, recuerdan el Berlín de aquel octubre de 1989, poco antes de que cayera el Muro, cuando Gorbachev le dijo a Honecker la frase inolvidable: la historia castiga a quienes llegan demasiado tarde.
Comentarios
Los indignados, infelices, y con razón, por cómo va el mundo, y los encuadrados, encantados de no enterarse de nada, que es lo que ocurre cuando se está todo el s... día en las alturas. Los indignados, cuerpo a tierra, los encuadrados, mirando al cielo.
Divide y vencerás.
Quizá Cristo, por simplificar, fue el primer indignado de la era que él mismo fundó. Un indignado al que siguieron muchos encuadrados. Otro indignado más moderno fue Tolstói, cuya biografia, por cierto, de Romain Rolland (Acantilado), es muy interesante. Un indignado el ruso que fue excomulgado por un sucesor del encuadrado primero del primer indignado, y que tiene, dicho sea de paso, más puntos en común, el escritor ruso, quiero decir, con el indignado primero que los que pueda tener éste, Cristo, con el que calza las sandalias del primer encuadrado.
Los encuadrados serían los apocalípticos y los indignados equivaldría a los integrados en la cultura de masas. Los apocalípticos siguen devotamente a una iglesia o un gobierno (PP) y los integrados no pertenecen a ninguna religión u organización, se consideran miembros de la humanidad. Umberto Eco lo definió magistralmente en su libro.
Y los papas de los nenes encantados de que los tengan entretenidos en los calientes veranos, en vez de aguantarlos en sus vacaciones. Así se los devuelven vírgenes y domesticados por menos que unas colonias y el próximo a Brasil. Ala.Ya con otros jóvenes, y otros viejos, porque esto de ciertas edades va muy rápido, y como el rollo es el mismo...
Salvador Pániker dijo: "Cuando se apela a palabras como Dios o Patria, empiezan los crímenes"
Encuadrar con dinero es fácil,indignarse sin él muy difícil.Y el tiempo dirá a muchos que hay que descuadrarse y eso pasará en más de un joven encuadrado hoy en día.Otros se quedarán más los nuevos que llegarán y el negocio suma y sigue.Para sumar hay que seguir con fiestas,que por cierto¡ para fiestas estamos!, .Y mientras tanto la indignación aumenta.Principio de realidad que se llama esto...je,je,je. Y tanto unos como otros ;cuadrados e indignados parecen que esperan algún milagro porque nadie mueve pieza.Aunque los humildes indignados estén de peones.Saludos a todos
Periodismo amarillo, cristianismo amarillo. Amarillo oro, amarillo orina. Sensacionalismo para captar clientes, bien por la vía de la exageración, bien por la vía de la indulgencia, todo ello con venalidad y falsa cortesía, naturalmente, que es cómo suele hacer negocios la gente turbia, por blanca que se presente. Delitos de guante blanco, pecados de alzacuellos amarillentos.
Un indignado es alguien que piensa, y con perfecta lógica deductiva vislumbra la situación; su frustración aumenta al constatar el eterno engaño al que ha sido sometido desde siempre, y no sabe cómo reáccionar, pues realmente sabe que está indefenso, y aún así lucha por un cambio.Un encuadrado, es realmente un cuadriculado mental, que por miedo, ambición, ignorancia, interés o convicción, se arrima al sol que más calienta, arrima la sardina al ascua y crée optimísticamente formar parte del exclusivo club de la "jerarquía", esa flor y nata del Poder, cuyo número es ridiculamente reducido.Y a todo ésto, un 1% controla - o trata de mantener bajo su control- al restante 99%. Su ira se desencadena, ante cualquier protesta contra sus sagrados y establecidos privilegios, y cualquier cambio atenta -siempre según ellos- diréctamente contra dios -y sus "leyes"....Y pensar que nos jactamos de "inteligentes" y "humanos"...Saludos
Desconfío de todas las religiones que te transmiten la idea de que tu estancia en la tierra es un período muy breve en lo que será el conjunto de tu existencia y por lo tanto debes "aceptar" algunas injusticias y dar gracias a Dios por ponerte a prueba. Conclusión: ni Dios ni patria ni rey.
Una visión humorística del último baño de juventud de Sus Sotánicas Majestades: http://gallota.com/2011/08/21/sotanicas
Un indignado lo puede estar porque no hay suficiente ideología y Estado en su realidad cicundante.Los hay que preferimos una sociedad de libres, dónde la ideología es vencida, o se hace, si algo, privada, en un contexto de convivencia y pluralidad.No compliquen: los indignados españoles no conocen una sociedad empresarial, en gran medida por los extensos cuentos de "igualdad" y estatismo que han mamado.El por qué de eso, es la mera, mera incapacidad del español medio de imaginar un mundo por hacer, dónde las vidas ajenas no sean motivo de escarnio cuando difieren, sinó de aprendizaje.
Suscribo el comentario de Maltés. Gracias.
Un buen libro para desengrasar de los excesos veraniegos, que tanto queman, espiritualmente hablando: "La ceremonia del masaje", de Alan Bennett. Y ya que estoy aquí, las vivencias como editor de Mario Muchnik, "Oficio editor". Como suelen decir los editores y libreros de postín, deliciosos.
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