El juicio contra Mubarak se celebrará a puerta cerrada
El caso del exmandatario se vinculará con el del exministro del Interior como pedía la acusación
El juicio contra el expresidente egipcio, Hosni Mubarak, para determinar sus responsabilidades en los abusos cometidos durante su mandato, se celebrará a puerta cerrada y no será emitido por televisión hasta la sentencia. Los magistrados han decidido, además, vincular el caso del exmandatario al exministro del Interior, Habib al Adli, como pedía la acusación.
La próxima audiencia del caso -la tercera- se celebrará el cinco de septiembre. Mubarak está acusado de corrupción, abuso de poder y de haber matado a más de 800 manifestantes durante los 18 días de protestas que llevaron a la caída del régimen el pasado mes de febrero. Tanto el raís como sus hijos, Alaa y Gamal, -también presentes en el juicio de hoy- niegan todas las acusaciones.
El exmandatario ha acudido al juicio tumbado en una camilla
Las autoridades egipcias han desplegado al menos unos 5.000 policías para mantener la seguridad en los alrededores del juzgado, en un barrio periférico de la capital. Pese a la masiva presencia policial, los partidarios del Mubarak se han enfrentado a los que piden una condena del antiguo mandatario.
Los magistrados tendrán que decidir también sobre la presencia en el tribunal, en calidad de testigo, del jefe de la autoridad militar, Mohamed Hussein Tantawi, que actualmente lídera la transición. El testimonio del mariscal Tantawi, ministro de Defensa a lo largo de dos décadas durante el Gobierno del raís, será clave para determinar el resultado del juicio. La defensa considera al jefe de la Junta militar como un testigo que podría exonerar al expresidente egipcio. Los demandantes, sin embargo, esperan que contribuya a condenar a Mubarak, declarando que recibió del exmandatario las órdenes de disparar sobre los manifestantes.
En la primera audiencia, la defensa pidió que Tantawi, el exjefe de los servicios secretos Omar Suleiman y otros 1.600 testigos comparecieran en el juicio. Las familias de las víctimas de la represión de las protestas también exigieron que el jefe de la Junta militar se presentara en el juicio.
Mubarak, de 83 años, compareció ante el tribunal por primera vez el 3 de agosto. Como en la vista anterior, el exmandatario ha acudido al juicio tumbado en una camilla de hospital, pese a que hasta el último momento se pusiera en duda su presencia por su delicado estado de salud. El expresidente está hospitalizado en un centro médico en la carretera entre El Cairo y la localidad de Ismail por problemas cardíacos.
Se trata del primer líder de un país árabe en ser juzgado desde el comienzo de la ola de revueltas en el norte de África y Oriente Próximo. De ser condenado, Mubarak podría enfrentarse a la pena de muerte.
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