Casta de asesinos
Siria nos muestra lo que hubieran sido Túnez y Egipto en caso de que hubieran culminado las sucesiones dinásticas que preparaban sus respectivos dictadores. Pero Gadafi, que tampoco podrá pasar el testigo a uno de sus hijos, ha hecho en Libia lo que los viejos Ben Ali y Mubarak no pudieron o se atrevieron a hacer y en lo que el joven Assad muestra ser un consumado maestro: utilizar el ejército contra su propio pueblo. Tampoco puede el yemení Saleh, caracoleando con sus astucias de viejo zorro para intentar salvar los muebles, pero sin capacidad para utilizar al ejército contra los manifestantes. El dictador sirio, salido de una sucesión consolidada y formado en Londres, en cambio, no tiene el menor rebozo en mandar a los tanques, a los franco tiradores y a los sicarios de paisano para que ahoguen en sangre la revuelta de unos ciudadanos que salen a la calle armados únicamente con el estruendo de su voz y los gestos de sus manos desnudas.
La fortaleza de Bachar el-Asad radica precisamente en su debilidad y en su aislamiento. Lo contrario cabría decir de Mubarak y Ben Ali: fueron su pétrea fortaleza, su seguridad, sus alianzas, sus amigos, la enorme confianza en que todo estaba funcionando sin problemas, las cosas que les convirtieron en vulnerables. Los regímenes amigos de occidente, al final, han mostrado tener menos capacidad para resistir a las demandas de sus ciudadanos con el argumento único y supremo de la fuerza bruta.
Quien ha sido designado como parte del Eje del Mal, como es el caso de Siria, ha estado en otras ocasiones en el punto de mira y nada puede esperar de europeos y americanos, tiene también menos a perder y se siente más invulnerable cuando se decide por la violencia contra los manifestantes. Todavía juega, para colmo y tal como hicieron todos los otros en su momento, con el miedo a que sean los Hermanos Musulmanes quienes tomen el poder si cae su régimen.
La línea roja que Asad ha traspasado difícilmente le puede acarrear una reacción internacional como la que suscitó Gadafi. Un ataque militar extranjero, de hecho, se convertiría en un aglutinante para todo el extremismo de la región y suscitaría una airada reacción de Irán, por lo que de alguna forma le podría servir incluso para mantenerse en el poder, al igual que lo hizo Sadam después de la primera guerra del Golfo. No sería bien visto por Turquía y quizás ni siquiera por el régimen instalado por Washington en Iraq. Rusia y China dudosamente prestarían sus votos en el Consejo de Seguridad.
Pero que no se pueda intervenir militarmente para defender a la población siria, ni declarar una zona de exclusión aérea, no quiere decir que no se pueda hacer nada. Hora es ya de que la Unión Europa y Estados Unidos lancen una ofensiva diplomática para imponer con la máxima urgencia un durísimo régimen de sanciones económicas y diplomáticos sobre un régimen que se ha hecho merecedor del mismo trato que se le está dando a Gadafi. Ya que de momento no hay forma de interponerse entre los asesinos y las víctimas, es imprescindible que Asad y sus partidarios perciban con gran claridad que van a pagar un altísimo precio por los crímenes que están cometiendo contra la población.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Loguearse, milenial, simpa… y otras palabras que entran en el Diccionario de la RAE
Ni tú duermes mal por lo mismo que tu vecino ni os funcionará el mismo tratamiento: la ciencia dice que hay cinco tipos de insomnio
Un matrimonio, un hijo detenido y muchas preguntas abiertas: el crimen de los Reiner que conmociona Hollywood
Hacienda va a vigilar de cerca los Bizum para evitar fraudes (pero los micropagos a tus amigos no le interesan)
Lo más visto
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno




























































