Los mexicanos no confían en su central nuclear
No en pocas ocasiones las autoridades mexicanas han mostrado total ineficacia para construir, vigilar y dar mantenimiento a instalaciones estratégicas. Lo mismo les explotan plataformas petroleras en el Golfo de México que les ordeñan los oleoductos que atraviesan el país sin que siquiera se den cuenta. Hemos presenciado cómo vuela el pavimento por los aires en el centro histórico de la Ciudad de México porque se incendian sus instalaciones eléctricas sin que las autoridades hayan siquiera sospechado su precaria condición, igual que en Guadalajara vieron destruirse ocho kilómetros de calle por la explosión que en 1992 ocasionó la presencia de gasolina en el sistema de drenaje.
Dados los antecedentes, no es de extrañar que solo un 15% de las personas que entrevistamos para la encuesta de esta semana piense que las autoridades procuran el cuidado debido a la única planta nuclear de generación de energía que hay en nuestro país, Laguna Verde, ubicada en Veracruz. Hay un 16% que todavía les otorga el beneficio de la duda y dice que no sabe si se le está dando el mantenimiento debido o no, pero la inmensa mayoría, un 69%, de plano no confía en la pericia con la que los encargados de cuidar tan delicada instalación lo estén haciendo como es debido, y eso que apenas la semana pasada, un poco para curarse en salud tras la tragedia de Japón, un comité de expertos certificó que Laguna Verde cumple con todos los requisitos de seguridad exigidos por las organizaciones internacionales.
Con todo y comunicado oficial, un 34% sigue sin saber si Laguna Verde es más o menos segura que las plantas nucleares ubicadas en otras latitudes, mientras que un 44% está convencido de que la planta mexicana es más insegura que las de otras latitudes, por lo que no es de extrañar que nueve de cada 10 personas que entrevistamos nos dijeran que tienen legítima preocupación por la posibilidad de un desastre nuclear en México, territorio que cabe recordar también es de alta actividad sísmica.
Ahora bien, ante la consideración de las bondades de la energía atómica, solo un 32% nos dijo que si estuviera en sus manos cerraría la planta veracruzana, o sea que seis de cada 10 mexicanos prefieren vivir con el temor a un desastre nuclear a sumar al de por sí deficiente servicio eléctrico del país el hecho de que nos quedemos sin la energía que genera Laguna Verde.
Insisto, dadas las evidentes muestras de ineficacia mostrada por las autoridades cuando se trata de construir, vigilar y dar mantenimiento a instalaciones estratégicas, y tras observar lo que está ocurriendo en Japón, como en muchas otras ocasiones, lo único que nos queda es seguir encomendándonos a la Virgen de Guadalupe, que, por lo menos hasta ahora, ha resultado ser una excelente protectora.
María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.
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