Anuladas las victorias de decenas de candidatos en las legislativas de Afganistán
Los comicios se celebraron hace dos meses y aún no se han publicado los resultados oficiales
El organismo electoral de Afganistán ha descalificado por fraude a "decenas" de candidatos que, según el recuento preliminar, habían conseguido alguno de los 249 escaños del Parlamento del país en las elecciones legislativas celebradas hace más de dos meses. Aún no hay resultados oficiales de los comicios, que en un principio fueron calificados de éxito por las autoridades afganas.
Una fuente de la Comisión Electoral de Quejas (ECC, en sus siglas en inglés), avalada por la ONU, que ha solicitado el anonimato ha declarado a la agencia Reuters que "los votos de decenas de candidatos victoriosos van a ser anulados por fraude". Y añade que no hay posibilidad de alegación para los candidatos descalificados.
A continuación, la ECC pasará la lista de candidatos rechazados a la Comisión Electoral Independiente, encargada de anunciar la lista final de elegidos a la wolesi jirga, o Cámara baja del Parlamento.
Los resultados finales de las elecciones, celebradas en septiembre, aún no han sido hechos públicos, pese a que en un primer momento las autoridades afganas las consideraron un rotundo éxito. No obstante, los observadores internacionales constataron buenas dosis de fraude y corrupción.
Se da la circunstancia de que la Comisión Electoral Independiente está siendo investigada a su vez por la Fiscalía afgana por ignorar presuntas irregularidades en las elecciones, consideradas por las autoridades afganas como un éxito no tanto como por la transparencia del procedimiento como por los escasos actos violentos que tuvieron lugar durante el desarrollo de los comicios.
La descalificación de candidatos se produce justo un día después de que la OTAN aprobara una estrategia de traspaso de la seguridad a las autoridades afganas que debe dar comienzo en la primavera del año que viene y se extendería hasta 2014. En ese momento, los soldados de la OTAN deberían poner fin a sus operaciones de combate y pasar a un segundo plano, más centrado en el apoyo y la formación de las fuerzas locales.
