Obama asegura que su gira asiática no va contra China

Barack Obama ha intenado hoy tranquilizar a China sobre las intenciones últimas de esta gira por Asia, particularmente de su propuesta para que India sea aceptado como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y aseguró que "Estados Unidos no tiene intenciones de contener a China".

"Queremos el progreso y la prosperidad de China, creemos que una China próspera se corresponde con el interés de todo el mundo", ha declarado el presidente estadounidense en una conferencia de prensa en Yakarta, tratando de salir al paso de algunas versiones que interpretan el apoyo dado a India como un paso de una estrategia para hacer contrapeso al poder creciente de Pekín.

Toda esta gira, en realidad, ha sido vista desde el primer momento con suspicacia por parte del Gobierno chino. Obama va a recorrer los cuatro principales aliados de Estados Unidos en Asia -India, Indonesia, Corea del Sur y Japón-, que son también los cuatro países que, por razones histórica y territoriales, más miedo tienen del expansionismo chino y más desean una presencia estadounidense en la región.

En el caso de India, un rival tradicional de Pekín, su crecimiento económico y poblacional amenazan con arrebatarle en algún momento a China su posición como la segunda economía mundial y la mayor de Asia. China se ha opuesto siempre a la pretensión india de ocupar un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad y se encuentra ahora, tras el apoyo dado por Obama, ante una situación comprometida que hubiera preferido evitar.

El presidente estadounidense se ha encargado, además, durante su recorrido de elogiar repetidamente las condiciones de democracia en India -que se repiten en los otros países que visita-, en contraposición al régimen totalitario que gobierna el mayor gigante asiático, donde la reciente concesión del premio Nobel de la Paz al disidente preso Liu Xiaobo ha vuelto a poner en evidencia la deficiente situación de los derechos humanos.

El peso de la moneda

Todo esto se produce en medio del creciente malestar en EE UU por la insistencia china en no devaluar su moneda, lo que perjudica gravemente a las exportaciones norteamericanas. El Gobierno chino se ha defendido criticando a su vez la decisión de la pasada semana de la Reserva Federal norteamericana de inyectar en la economía 600.000 millones de dólares para acelerar el crecimiento. Pekín considera esa medida como otra forma de devaluar artificialmente la moneda.

Obama defendió en Nueva Delhi la decisión de la Reserva Federal de EE UU, de la que dijo que, aunque se trataba de una medida adoptada por una institución independiente sobre la que la Casa Blanca no ejerce ningún control, "todo lo que sirva para revitalizar la economía estadounidense resulta positivo para favorecer el crecimiento en el resto del mundo".

Obama intentará calmar las tensiones surgidas con China en la cumbre del G-20 que comienza el jueves en Seúl, pero algunos de los mensajes lanzados a China en esta gira no se explican únicamente por desencuentros puntuales. El presidente estadounidense ha repetido que su apuesta por India es estratégica y ha asegurado que esa será la alianza que "defina el siglo XXI".