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Terremoto en el Capitolio

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se dispone a abandonar su puesto. Con ella, según las encuestas, dejarán la presidencia de diversos comités toda una generación de políticos demócratas.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no es la única que se dispone a abandonar su puesto si los republicanos, como auguran todas las encuestas, logran la mayoría en aquella sala del Congreso. Con ella dejarían la presidencia de diversos comités toda una generación de políticos demócratas a los que los votantes asocian estrechamente con polémicas medidas como el plan de estímulo económico o la reforma sanitaria, como Barney Frank, líder del Comité de Asuntos Financieros, o Henry Waxman, del Comité de Energía y Comercio, dos de las figuras más simbólicas de la izquierda. En el Senado, los sondeos auguran un resultado mucho más ajustado, pero el líder de los demócratas en aquella Cámara, Harry Reid, se enfrenta a unas elecciones extremadamente reñidas en las que se arriesga a perder su escaño frente a Sharron Angle, una candidata auspiciada por el Tea Party.

Toda una bandada de veteranos republicanos en la Cámara de Representantes planifica el reparto de las presidencias de los 20 comités que dependen de esa rama del Congreso. Su líder será, con toda seguridad, John Boehner, de Ohio, que fue elegido al Congreso por primera vez en 1991 y que es líder de la minoría en esa Cámara desde 2007. Barney Frank, uno de los más estrechos colaboradores de Pelosi, saldría del Comité de Asuntos Financieros. También abandonaría el Comité de Supervisión del Gobierno el congresista Ed Towns, a quien sustituiría el político de California Darrell Isa. Una mujer, nacida en Cuba y nacionalizada estadounidense, ocuparía, según la mayoría de las cábalas, el puesto de presidenta del Comité de Asuntos Exteriores. Se trata de Ileana Ros-Lehtinen, representante por el Estado de Florida, una de las hispanas con mayor proyección en el Capitolio. Ros-Lehtinen apoyó con sus votos la guerra de Irak y las sanciones contra la dictadura cubana asumidas por el ex presidente George W. Bush. Sin embargo, se ha alineado con los demócratas en asuntos sociales como la defensa de las uniones entre personas del mismo sexo.

Marco Rubio, estrella emergente del Tea Party, que se presenta a las elecciones del Senado por Florida, fue becario en el despacho de esta congresista.

En el Senado, Harry Reid se enfrenta a la posibilidad de que los demócratas mantengan la mayoría simple pero que él, como su líder, pierda su escaño. Una situación semejante, que un partido ganara el Senado pero su líder perdiera su escaño, no sucedía desde 1951, cuando el congresista por Illinois Scott W. Lucas perdió su escaño gracias a una campaña orquestada por el conservador radical Joseph McCarthy. En esta ocasión, Reid podría perderlo frente a la hasta hace poco desconocida Sharron Angle. Si Reid perdiera, se disputarían su puesto los demócratas por Illinois Richard Durbin y por Nueva York Charles Summer.

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