El coste de la campaña de las legislativas bate récords en EE UU
Los expertos calculan que demócratas y republicanos han gastado más de 2.100 millones de euros
El coste de la campaña electoral para los comicios legislativos estadounidenses de mañana martes ha batido un récord histórico al sobrepasar los 3.000 millones de dólares (unos 2.150 millones de euros), según apuntan distintas organizaciones tras analizar la publicidad que los candidatos han pagado a las televisiones. Es el cálculo que hace el Centro para el Análisis de las Campañas en los Medios de Comunicación, que pertenece a la firma consultora Kantar Media. El dinero invertido en esta campaña superaría los 2.700 millones de dólares (1.900 millones de euros) gastados en las legislativas y presidenciales de 2008, y los 2.400 millones (1.700) de las elecciones de mitad de mandato de 2006.
Para el Centro para la Respuesta Política, una organización que se dedica a vigilar los costes de las campañas electorales, el gasto en publicidad en los medios de los candidatos en estos comicios, no sólo en televisión, rondará los 4.000 millones de dólares (2.865 millones de euros), dinero suficiente para hacer funcionar la ciudad estadounidense de Pittsburgh, donde viven más de 300.000 personas, durante dos años.
Las causas del gasto
Los motivos para este desembolso histórico en publicidad son varios, desde el surgimiento del movimiento ultraconservador del Tea Party, a la existencia de un número inusualmente elevado de Estados en los que la lucha entre los candidatos demócratas y republicanos está muy reñida, pasando por la decisión del Tribunal Supremo de enero pasado, que facilita las donaciones sin límite de empresas, sindicatos y asociaciones a las campañas.
Por Estados, la campaña más costosa se ha llevado a cabo en Nevada, donde libran una lucha encarnizada la republicana Sharron Angle -una de las caras más visibles del Tea Party- y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid. Juntos suman un total de 30 millones de dólares 821 millones de euros) gastados en publicidad. A nivel nacional, los republicanos habían recaudado hasta mediados de octubre para sus candidatos a la Cámara de Representantes -donde se prevé que se hagan con la mayoría- 502 millones de dólares frente a 461,5 millones de los demócratas (360 y 330 millones de euros). De estos, los republicanos se han gastado 407,3 millones (292 millones en euros), frente a los 397,3 millones (285 millones de euros) del partido al que pertenece el presidente Barack Obama.
En las contiendas al Senado, los republicanos han recaudado 400 millones de dólares (287 millones de euros) frente a los 347 (249) de los demócratas, y eso a pesar de que estos gastaron algo más que los primeros. El motivo estriba en que muchas de las industrias que antes apoyaban a los demócratas ahora respaldan a los republicanos. En las elecciones del 2 de noviembre, denominadas de mitad de mandato porque se producen tras los dos primeros años de Obama en la Casa Blanca, se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 37 de los 100 escaños del Senado y se elegirán a 37 gobernadores y a otros puestos estatales y locales. Se da por vencedores a los republicanos, mientras los demócratas se muestran esperanzados pese a los negros augurios.
Las encuestas pronostican que los republicanos se harán con el control de la Cámara de Representantes y que arrebatarán escaños a sus rivales en el Senado, donde su victoria resulta improbable aunque no imposible. El presidente de EE UU, Barak Obama, reconoció que la pelea que se librará en las urnas el 2 de noviembre será "reñida" en todo el país pero añadió que las posibilidades de los demócratas son buenas si las bases del partido acuden a votar en masa. Los republicanos, que tienen el declarado objetivo de desbancar a los demócratas y de revertir la agenda reformista de la Casa Blanca, han dejado entrever que, si recuperan el control del Legislativo, no habrá espacio para soluciones negociadas.
La mayoría de los estadounidenses cree que "las cosas van mal"
El 74% de los estadouidenses cree que "las cosas van mal para el país", según una encuesta divulgada hoy en la que sólo uno de cada cuatro entrevistados dijo que las cosas "van bien". Según la cadena, el porcentaje de ciudadanos decepcionados es el más alto desde que esta pregunta se incluyó en las encuestas por primera vez a mediados de la década de 1970. La encuesta se llevó a cabo en la última semana antes de las elecciones. A pesar del desencanto generalizado, el 55% de los encuestados opina que dentro de un año las cosas irán mucho mejor.
Para el 52%, la economía es el problema más grave que encara el país. "La proporción de quienes están preocupados por la economía supera a todos los preocupados por el déficit, la educación, la asistencia de la salud, el terrorismo, la energía, la inmigración ilegal y las guerras en Afganistán e Irak combinados", explica el director de encuestas de CNN, Keating Holland.
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