El apoyo de un líder islamófobo condicionará las políticas del nuevo Gobierno holandés
Mark Rutte será el primer jefe del Ejecutivo liberal desde 1918.- La OTAN le pedirá a la coalición de centro derecha que envíe de nuevo tropas a Afganistán
El nuevo Ejecutivo holandés de centro derecha, de Mark Rutte, que toma posesión hoy, necesita del apoyo parlamentario prestado por el líder islamófobo, Geert Wilders, para legislar en materia de finanzas, asilo, inmigración y seguridad. Del visto bueno de su Partido de la Libertad, depende que liberales de derecha y democristianos gobiernen en minoría, y las primeras escenas insólitas se han producido ya.
Entre las más llamativas figura la visita a Wilders del democristiano Gerd Leers, encargado de Inmigración. Antes de ser propuesto como ministro, Leers, antiguo alcalde de Maastricht (famosa por la firma del Tratado de la UE en 1992) habló con el jefe del populismo de derecha. Fue una cita cordial "para comentar las medidas que abordaremos", pero sólo después fue llamado por el nuevo primer ministro liberal, de 43 años. Al mordiente de la cita misma se añade el rechazo que Leers ha mostrado en los últimos años a las críticas contra el Islam del jefe populista. "Hay que restarle importancia a las palabras más extremas de Wilders", dijo el ahora titular de Inmigración en 2007.
El Gobierno contará con 12 ministros e igual número de secretarías de Estado. Liberales y democristianos se han repartido los cargos de forma equitativa y habrá en total cuatro mujeres. Estarán al frente de Sanidad (ministra y Secretaria de Estado) Medio Ambiente y Educación. Rutte, que fue presidente de las juventudes liberales de derecha, además de secretario de Estado de Asuntos Sociales y de Educación, quería tener listo su gabinete en el plazo de un mes. Al final, ha tardado 127 días en lograrlo. Primero fracasaron los intentos con la socialdemocracia. Luego hubo que hilar muy fino con Wilders para ganar su apoyo sin que entrara en el Ejecutivo.
Mark Rutte será el primer liberal que encabeza un Gobierno en Holanda desde 1918, en sustitución del democristiano Jan Peter Balkenende. Lo más probable es que uno de los primeros acuerdos que deba tomar el nuevo mandatario se refiera a Afganistán. Holanda retiró sus tropas de la provincia sureña de Uruzgán en agosto pasado, tras cuatro años de presencia. En las próximas semanas, se espera que la OTAN le pida al nuevo Gabinete que reconsidere su apoyo a la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
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