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"Es absolutamente legítimo usar el cuerpo para hacer carrera política"

Stracquadanio, un diputado de Berlusconi, afirma que la "prostitución sin violencia" es un camino más para triunfar

Un ex diputado del Pueblo de la Libertad, el periodista Paolo Guzzanti, viejo amigo de Silvio Berlusconi y hoy opositor convencido, acuñó hace unos meses la palabra que a su juicio define el sistema de poder que otros han llamado 'berlusconismo-velinismo': "Putocracia".

Antes que él, Veronica Lario, todavía entonces esposa del jefe de Gobierno, definió públicamente las candidaturas de velinas, coristas y escorts a las listas para las elecciones europeas del partido que dirigía su marido con una acusación pública: "Basura sin pudor", "divertimento del emperador", "descaro y falta de contención del poder que ofende la credibilidad de todas".

El debate sobre el uso del cuerpo de las mujeres como arma política ha vuelto a las primeras páginas italianas estos días gracias a la diputada de Futuro y Libertad, la finiana Angela Napoli, que acusó a algunas parlamentarias italianas de haberse prostituido para llegar a las listas electorales.

Hoy, el diputado del Pueblo de la Libertad Giorgio Stracquadanio ha reencendido la polémica creada la semana pasada al decir: "Es absolutamente legítimo utilizar el cuerpo para hacer carrera política. La política tiene una dimensión pública, nos presentamos de una forma física ante los electores y es legítimo usar las virtudes que nos da la naturaleza, ya sea la inteligencia o la belleza. Al revés, es erróneo pensar que quien está dotado de un bonito cuerpo es necesariamente un cretino. Decir lo contrario es de un moralismo estúpido".

Sobre la posibilidad de que haya parlamentarias/os que hayan vendido sus cuerpos a sus líderes a cambio de optar a cargos o listas, el diputado del PDL ha dicho: "Son hechos privados. Cada uno debe disponer de su cuerpo como mejor crea. No me interesa. Mientras existe acuerdo no hay violencia y si no hay violencia no hay problema. Y no me refiero solo a las mujeres, sino también a los hombres".

Stracquadanio ha desencadenado la furia de varios compañeros de hemiciclo, dentro y fuera de su partido. Beatrice Lorenzin, diputada y vicecoordinadora de Igualdad de Oportunidades del PDL, ha explicado que sus argumentaciones "son sugestivas pero no tienen en cuenta la subcultura de la que proceden, es decir la normalización del uso del cuerpo, en particular el de las mujeres, como instrumento de poder, siguiendo el marketing publicitario que impone un nuevo modelo: belleza igual a falta de escrúpulos igual a éxito".

Silvana Mura, parlamentaria de Italia de los Valores, ha replicado con malicia: "Ese tipo de ofertas se devuelven secamente a quien las hace, sobre todo si se trata de candidaturas o de puestos en el Gobierno".

Para el vicepresidente de los senadores del Partido Democrático, Luigi Zanda, "la idea que tiene de las mujeres Stracquadanio y su concepción de la política son simplemente nauseabundas".

Y según Franco Grillini, presidente honorario del colectivo homosexual Arcigay, "Stracquadanio trata de legitimar un método que probablemente se usa ampliamente en su partido".

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