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El primer ministro eslovaco admite su paso a la oposición

El presidente eslovaco pide a Fico que intente formar Gobierno.- Los partidos de centroderecha consiguen más votos que la coalición liderada por el Partido Socialdemócrata

Vuelco político en Eslovaquia. Los socialdemócratas han ganado las elecciones parlamentarias de este sábado con el 34% de los votos, revela el escutinio de la práctica totalidad de las papeletas, pero tienen pocas posibilidades de volver a gobernar, a diferencia del centroderecha, cuyas reformas de 1998 a 2006 dieron el apelativo al país de "tigre centroeuropeo" tras llevarlo a ingresar en la UE y en la OTAN.

El primer ministro socialdemócrata, Robert Fico, ha admitido hoy que el futuro de su formación es la oposición parlamentaria al carecer de una mayoría de gobierno por la falta de socios. "Seremos un partido de oposición estable y duro", ha declarado resignado el político en un programa de debate emitido por la cadena privada Markyza, y al que asistieron los líderes de las formaciones parlamentaria, excepto el jefe de filas del Partido Nacional Eslovaco (SNS). A pesar de esta circunstancia, el presidente eslovaco, Ivan Gasparovic, ha pedido a Fico que intente formar Gobierno

Pese a que el Partido Socialdemócrata (SMER) logró el mejor resultado de su historia, el hundimiento de sus socios nacionalistas de Gobierno deja al partido que lidera Fico sin bazas para mantenerse en el poder. Ahora es el turno de las cinco fuerzas de centroderecha que podrían formar una coalición gubernamental tras el castigo al Partido Socialdemócrata (SMER), y que integran asimismo las formaciones minoritarias, el ultranacionalista Partido Nacional Eslovaco (SNS), con el 5,24% de los sufragios, y el populista Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), que no habría salvado el límite del 5% para entrar en el Parlamento. Su mandato se ha caracterizado por el recorte de la libertad de expresión y de prensa que ha derivado a que los periodistas se enfrenten a procesos judiciales por criticar al Gobierno.

Después de cuatro años de coalición entre el SMER y sus socios, hay incertidumbre entre los analistas sobre quién gobernará Eslovaquia tras los comicios, dado que los integrantes del actual Ejecutivo suman menos votos que la oposición, de lo que resulta un puzzle político de estas elecciones legislativas, las quintas desde la escisión de la ex Checoslovaquia en las Repúblicas Checa y Eslovaca y las séptimas democráticas desde la caída del comunismo en 1989 y cuyos resultados oficiales provisionales se conocerán a primeras horas del domingo.

La Unión Eslovaca Demócrata y Cristiana (SDKU, de centro derecha), la coalición de partidos más poderosa (con el 15%), espera formar una unión con los liberales euroescépticos de Libertad y Solidaridad (SaS) (12%), el Movimiento Democristiano (KDH), y dos partidos de etnia húngara, Most-Hid y el antiguo Partido de Coalición Húngaro (SMK), que serían mayoría en el Parlamento y que quieren aplicar un paquete de medidas severas si forman Gobierno.

Las elecciones al Parlamento unicameral o Consejo Nacional de 150 escaños estuvieron marcadas por la tensión con Hungría que, aunque es histórica, se ha visto sido recrudecida tras la entrada del SNS en el Gobierno y la reciente aprobación por el Parlamento magiar de una ley para conceder la nacionalidad a los húngaros en el extranjero y que en Eslovaquia son el 10% de la población de 5,4 millones de habitantes.

Otros factores decisivos fueron la crisis económica y la corrupción política, con la que se ha visto salpicada Fico, quien en la víspera de los comicios fue inculpado de haber hecho un pacto para recibir financiación ilegal para sus socialdemócratas por 3 millones de euros.

Los analistas creen que un Gobierno de centroderecha podría recortar el enorme déficit de deuda, reformar el sistema de pensiones, reducir el gasto gubernamental para consolidar las finanzas y la corrupción, mejorar la tensa relación con Hungría y sacar de la recesión a Eslovaquia, el miembro más reciente de la eurozona, en la que entró en 2009, y el más pobre, con un desempleo del 15,1% y una deuda pública equivalente al 35,7% del PIB.

El primer ministro Robert Fico conversa con periodistas a su llegada al centro de seguimiento de los resultados electorales.
El primer ministro Robert Fico conversa con periodistas a su llegada al centro de seguimiento de los resultados electorales.REUTERS

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