_
_
_
_
Votación histórica en EE UU

Obama entona de nuevo el 'Yes, we can!'

La aprobación por el Congreso de la reforma sanitaria fortalece a la Casa Blanca.- "Todavía somos un pueblo capaz de hacer grandes cosas", exclama el presidente

Tanto ruido han hecho en las últimas horas el movimiento conservador y la tropa del Tea Party, que era difícil medir en toda su dimensión la revolución social que representa la ley de reforma sanitaria aprobada en la noche del domingo al lunes por la Cámara de Representantes. Lo hizo con más precisión que nadie el congresista negro James Clyburn, un viejo combatiente contra el racismo: "Esta es la ley de derechos civiles del siglo XXI".

Cuando Barack Obama la firme este martes, en una ceremonia en el jardín de la Casa Blanca, se habrá convertido en el presidente que llevó a su país la reforma estructural más profunda en medio siglo. Eso no le garantiza el éxito de su presidencia, pero sí le asegura un puesto en la historia junto a presidentes como Franklin D. Roosevelt o Lyndon Johnson, que dieron los primeros pasos hacia el Estado del bienestar norteamericano.

Más información
El desafío de la sanidad universal
Los demócratas antiabortistas despejan el camino para la reforma sanitaria de Obama
Claves para entender el sistema de salud estadounidense
Obama inaugura una nueva presidencia
Discurso íntegro en inglés de Obama
"Es una victoria para el sentido común"
Las 10 claves de la reforma
Los republicanos declaran la guerra sin cuartel contra la nueva ley
Los republicanos consiguen devolver parte de la reforma sanitaria a la Cámara de Representantes
Obama revoluciona el sistema de préstamos universitarios

No supone esta reforma la homologación de la sociedad norteamericana a los parámetros de justicia social que rigen en Europa. Nunca será así porque los valores que rigen en Estados Unidos (el individualismo, la competencia, el éxito) son intrínsecamente diferentes a los europeos. Pero la ley que aprobó la Cámara de Representantes por 219 votos contra 212, contiene los instrumentos necesarios para corregir un sistema de salud que lastraba la economía norteamericana y dejaba literalmente morir sin asistencia a millones de personas.

Esto es obra de una combinación de factores, entre los que no tienen importancia menor la persistencia de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la habilidad del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, para tejer acuerdos y la urgencia que muchos congresistas demócratas sintieron sobre su papel ante la historia.

Pero nada hubiera sido posible sin la voluntad de Barack Obama de hacer realidad su promesa de cambio. Esta ley es el cambio, no la victoria electoral de Obama. Presidentes vienen y van rutinariamente, pero muy pocos se atreven a tocar los cimientos del edificio nacional, por alarmante que sea su estado de conservación. Obama se ha atrevido (o no tenía más remedio que hacerlo). "Nos hemos revuelto contra las influencias indebidas y los intereses especiales. No nos rendimos ante la desconfianza, el cinismo o el miedo. En lugar de eso, demostramos que todavía somos un pueblo capaz de hacer grandes cosas", declaró Obama en la Casa Blanca en la medianoche del domingo, minutos después de la votación en el Congreso, en un discurso que recordó los mejores momentos del "Yes, we can!".

"Yes, we can!" gritaron muchos congresistas tras emitir su voto. Esta victoria da nuevos bríos a los demócratas para sacar adelante la agenda política de la Casa Blanca, pero sobre todo le da al presidente una fe renovada en su misión. Algunas iniciativas aparcadas tras el impacto sufrido en enero en las elecciones parciales de Massachusetts, como la reforma energética, la educación o la ley de inmigración, vuelven a estar en el Despacho Oval.

También respecto a la política exterior se pueden apreciar algunos cambios. Un presidente fortalecido internamente es un presidente con mayor capacidad para presionar (Rusia, China) o apostar por opciones arriesgadas (Irán). La primera y difícil prueba de ello será la entrevista de Obama con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

La aprobación de la reforma sanitaria cambia, en efecto, muchas cosas. Pero aún es pronto para saber exactamente en qué dirección. Es pronto incluso para dar por cerrado este debate puesto que, no sólo quedan algunos detalles legislativos por resolver, sino que los republicanos no parecen tener la menor intención de dar por perdida esta batalla.

La primera confrontación se va a vivir seguramente mañana en el Senado, convocado para la aprobación del paquete de enmiendas que la Cámara de Representantes aprobó inmediatamente después de la reforma sanitaria. Esas enmiendas recogen las demandas pactadas con los miembros de la Cámara a cambio de que éstos aprobasen sin alteración el texto de la reforma que el Senado pasó en la última Navidad. Ese paquete de enmiendas forma, pues, parte inseparable de la ley de reforma, aunque será ésta la que firme el presidente.

Los demócratas cuenta en el Senado con 59 escaños, ocho más de los necesarios para aprobar las enmiendas por mayoría simple. Pero el procedimiento legislativo norteamericano, pensado para favorecer a la minoría, le da a esta multitud de instrumentos para dificultar el proceso.

La batalla principal, en todo caso, se dará ante el público. Obama tiene previsto ir el jueves a Iowa a explicar qué es lo que se ha aprobado. "Vamos a probar", dijo el presidente, "que este Gobierno del pueblo y por el pueblo trabaja para el pueblo".

Los congresistas de Estados Unidos celebraban anoche el haber conseguido los 216 votos necesarios para aprobar la reforma del sistema sanitario. De esta manera salía adelante uno de las grandes proyectos del presidente del país, Barak Obama y en la Cámara se coreaba su lema: "Yes we can". Al final la propuesta ha obtenido 219 votos, tres más de lo necesario.Vídeo: AGENCIA ATLAS
Ve el discurso íntegro (en inglés) del presidente estadounidense, Barack Obama tras sacar adelante una reforma históricaVídeo: WHITEHOUSE.GOV
El presidente de EE UU, Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y miembros de sus equipos celebran en la sala Roosevelt de la Casa Blanca el triunfo de su reforma sanitaria en la Cámara de Representantesl.
El presidente de EE UU, Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y miembros de sus equipos celebran en la sala Roosevelt de la Casa Blanca el triunfo de su reforma sanitaria en la Cámara de Representantesl.PETER SOUZA / Casa Blanca

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_