La oposición reformista se manifiesta contra el régimen iraní durante la principal fiesta chií

Las advertencias policiales durante toda la semana no han logrado impedir que algunos iraníes aprovecharan este sábado las procesiones de Ashurá en Teherán para proferir eslóganes contrarios al Gobierno. Las fuerzas de seguridad, en alerta desde primeras horas de la mañana, han impedido que se formaran grandes aglomeraciones y, según varias webs reformistas, han cargado con dureza contra quienes han desafiado la prohibición de politizar la ceremonia religiosa. Sin embargo, no han podido evitar que miles personas se hayan congregado para asistir a un anunciado discurso del ex presidente reformista Mohamed Jatamí.

Sin embargo, en el discurso de Jatamí, pronunciado en una mezquita del norte de la capital, sí han hecho acto de presencia numerosos patidarios del régimen. Los atacantes, quienes portaban cadenas, bastones y espray de pimienta, eran aproximadamente 50, según informaciones recogidas por la agencia Reuters.

"La calle Enghelab se ha llenado de gente, pero los antidisturbios les han disuelto sin contemplaciones", ha relatado una activista a EL PAÍS. Según la agencia France Presse, entre 200 y 300 personas se habían congregado allí con el pretexto de las procesiones. Al parecer, algunos participantes han coreado "Muerte al dictador", como los opositores se refieren al presidente Mahmud Ahmadineyad desde su controvertida reelección el pasado junio, y otros eslóganes. Varias webs reformistas también han referido incidentes en las plazas de Ferdowsi, Pol-e Chubi y Haft-e Tir, en el centro de la capital.

Algunas informaciones han hablado de disparos al aire para dispersar a los manifestantes, extremo difícil de comprobar porque las autoridades han prohibido a la prensa extranjera cubrir las protestas de la oposición. El sitio reformista Jaras asegura que las fuerzas de seguridad han llegado a entrar en la sede de la agencia Isna, donde algunas personas habían buscado refugio. La oficial Irna, por su parte, ha confirmado las protestas al informar de que "150 alborotadores han tratado sin éxito de interrumpir las procesiones".

También se han producido nuevos enfrentamientos en el norte de la ciudad, junto a la mezquita de Yamarán, donde el ex presidente reformista Mohamed Jatamí tenía previsto pronunciar un discurso. La noticia parece confirmar la sospecha de que las autoridades tratarían de impedir su intervención. Jatamí respaldó la candidatura de Mir Hosein Musaví y ha respaldado su denuncia de que el resultado electoral fue amañado.

Durante los diez primeros días del mes islámico de moharram, para los chiíes un período de duelo similar a la Semana Santa católica que culmina hoy con el día de Ashurá, las procesiones atraen a miles de iraníes. Este año, la tensión política ha convertido la festividad en una oportunidad para los opositores de expresar su descontento. Muchos han cambiado la tradicional invocación de "ya Hosein" por "Mir Hosein", el nombre del candidato opositor que asegura haber ganado las presidenciales.

"Desde Imam Hosein hasta Azadí" es el lema de la oposición para mañana, en referencia tanto a la dirección de la marcha (desde la plaza del imam Hosein hasta la de Azadí) como al objetivo del movimiento (por las protestas hacia la libertad, que es lo que significa la palabra persa azadí). Pero el desafío al Gobierno no se limita a Teherán. En Isfahán, donde las fuerzas de seguridad reprimieron el pasado miércoles un funeral en memoria del gran ayatolá Hosein Ali Montazerí, uno de sus discípulos, el ayatolá Jalaludín Taherí, ha invitado a la gente a una nueva ceremonia para marcar el séptimo día tras su muerte.