El Ejército israelí mata a tres palestinos en Cisjordania y tres en Gaza
Los fallecidos eran miembros de Al Fatah, el movimiento del presidente Mahmud Abbas
Seis palestinos han muerto este sábado por fuego israelí en diferentes sucesos ocurridos en Cisjordania y Gaza tras meses de relativa calma en la zona y en vísperas de que mañana se cumpla el primer aniversario de la masiva ofensiva militar en la franja.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha condenado las agresiones israelíes a través del portavoz presidente palestino, Mahmud Abás, Nabil Abú Rudaina, quien ha asegurado que la muerte de esas seis personas, es una muestra de que la "ocupación ha decidido destruir la seguridad y estabilidad del pueblo palestino".
"Israel quiere llevar a nuestro pueblo al círculo sangriento de la violencia para sortear las crecientes presiones internacionales sobre su gobierno, que es responsable de bloquear el horizonte del proceso de paz", ha apostillado el funcionario palestino.
Los dos sucesos ocurrieron a primera hora de la mañana; en el de la franja de Gaza han perecido tres civiles y un cuarto ha resultado herido junto a la cerca fronteriza que separa ese territorio de Israel al ser atacados por un aparato de la Fuerza Aérea israelí.
El Ejército israelí comunicó que las fuerzas terrestres efectuaron varios disparos contra los palestinos que pretendían llevar a cabo "activiades terroristas" , y que fue un avión el que los alcanzó. Los cuatro, al parecer, trataban de infiltrarse en el territorio israelí a través del paso fronterizo de Erez, situado en el extremo norte de la franja, y que soldados israelíes los descubrieron y dispararon contra ellos.
Incursión en Gaza
En otro suceso ocurrido a primeras horas del día, tropas israelíes efectuaron una incursión en la ciudad cisjordana de Naplusa, donde dieron muerte a tres palestinos. Fuentes castrenses israelíes identificaron a los tres como milicianos vinculados a las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, brazo armado del partido del presidente Abás. Se trata de Raed al Sarkaji, Ghasan Abu Sharej y Anan Soboh, todos rondando los 40 años, muertos en tres viviendas diferentes en el casco antiguo de la ciudad de Naplusa.
El doctor Ghasan Hamdan, responsable del hospital de la ciudad palestina dijo que los soldados israelíes irrumpieron en la residencia del primero y lo mataron en presencia de su mujer, que resultó herida. El facultativo agregó que los soldados dispararon a Abu Sharej tras su arresto.
En otro edificio, las fuerzas localizaron a Soboh, quien era miembro de las fuerzas de la Seguridad Preventiva de Abás, y que según fuentes militares israelíes se hallaba escondido en un escondrijo con una pistola y dos rifles de asalto M16. Este último había formado parte de una amnistía concedida por Israel a milicianos para que dejaran sus actividades en grupos armados palestinos, que habían sido desmantelados en los últimos años en Cisjordania por el presidente Abás.
En un comunicado el Ejército israelí indicó que sus fuerzas de seguridad entraron en Naplusa en un intento de localizar y arrestar a los sospechosos de haber estado involucrados en la muerte de Meir Avshalom Hai, un colono judío fallecido el jueves por los disparos de milicianos cuando viajaba por una carretera de Cisjordania.
A los funerales de los tres palestinos muertos en Naplusa asistieron más de 5.000 personas, convirtiendo el sepelio en el más multitudinario en tres años en Cisjordania. Los vecinos de Naplusa alegan que los fallecidos no eran milicianos y que por ejemplo, Sharej era electricista, Soboh miembro de las fuerzas
de seguridad, y que Al Sarkaji, quien había pasado ocho años en una cárcel israelí había renunciado a actividades violentas tras salir de prisión hace un año.
En el funeral, donde se corearon consignas contra cualquier tipo de negociación con Israel, los participantes no portaron banderas de ninguna facción armada o milicia, sino de la ANP y de Al Fatah.
La violencia en la zona ha despuntado en la víspera del primer aniversario de la más dura ofensiva acometida por Israel en la franja de Gaza el invierno pasado, que dejó a 1.400 palestinos muertos y 5.000 heridos, además de millares de viviendas y edificios públicos destruidos. También se produce en medio de un bloqueo total en el proceso de paz entre Israel y la ANP, que dura cerca de un año y se interrumpió precisamente con la ofensiva en Gaza.
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