Un muerto y decenas de heridos en una marcha de la oposición nicaragüense

Miles de nicaragüenses contrarios al Gobierno de Daniel Ortega participaron el sábado en Managua en una manifestación en repudio de los resultados de las elecciones municipales de hace un año -que consideran fraudulentas-, contra un fallo judicial que permite la reelección de Ortega y el "autoritarismo" del que acusan al mandatario nicaragüense. A pesar de que la marcha opositora transcurrió sin violencia, horas después simpatizantes del Gobierno atacaron las caravanas que regresaban al interior del país, causando un muerto y al menos 20 heridos, varios de gravedad. Por su parte, Ortega aprovechó una concentración oficialista para nombrar como nuevo jefe del Ejército de Nicaragua a un ex guerrillero sandinista.

Los organizadores dijeron que la manifestación opositora había sido un éxito y calcularon que en ella participaron entre 30.000 y 50.000 personas. La concentración llenó 2,5 kilómetros de avenidas en el centro de Managua. Es la primera vez desde las elecciones municipales de 2008 que la oposición organiza una concentración de este nivel, a pesar de las amenazas de líderes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de no permitir la manifestación.

Para evitar episodios de violencia, la Policía Nacional movilizó a 7.000 oficiales para custodiar la marcha opositora, que transcurrió sin contratiempos. Los opositores avanzaban a ritmo de música tropical y consignas. "¡Democracia sí, dictadura no!", "¡no tenemos miedo!" y "¡que se vaya Ortega pa'Venezuela!", gritaban. La manifestación terminó frente a la sede del Consejo Supremo Electoral, donde protestaron por los resultados de las elecciones municipales realizadas el 9 de noviembre de 2008.

"Estamos conscientes de que nuestra sociedad necesita un sistema político legítimo. Las instituciones beben reconstruirse. La resistencia civil continúa y no cesará hasta que se den las transformaciones necesarias para salir de este mal Gobierno de forma pacífica y que Nicaragua vuelva a ser república", dijo Violeta Granera, coordinadora del Movimiento por Nicaragua, organización crítica con el Gobierno de Ortega.

En la marcha también participaron políticos de oposición como el ex candidato presidencial Eduardo Montealegre, quien calificó de exitosa la manifestación. Montealegre dijo que la alta participación en la concentración es una muestra de que los nicaragüenses "están perdiendo el miedo a expresarse". Para Edmundo Jarquín, líder del disidente Movimiento Renovador Sandinista, el gran logro de esta marcha fue la posibilidad de unir a todos los segmentos de oposición en Nicaragua, que según él representan al 62% de la población.

Mientras los opositores concluían su protesta, los simpatizantes del Gobierno ocupaban zonas céntricas de la ciudad, donde esperaban iniciar su "gran marcha de las victorias", como el Gobierno bautizó a la manifestación que seguiría a la marcha opositora.

El presidente Ortega había llamado a sus simpatizantes a marchar de forma pacífica, pero algunos de ellos usaron cohetes artesanales, obstaculizaron las carreteras que acceden a Managua y atacaron las caravanas opositoras que regresaban a las ciudades del interior. En Ciudad Darío, al norte del país, murió en un enfrentamiento entre opositores y simpatizantes del Gobierno Rafael Aníbal Ruiz Luna, de 42 años. Ruiz Luna era militante sandinista y aparentemente falleció por golpes en la cabeza. Otras cuatro personas resultaron heridas, por lo que tuvieron que ser trasladadas a un hospital de Managua.

En León, a 94 kilómetros al oeste de Managua, simpatizantes del Gobierno emboscaron una caravana opositora con 30 personas, varios resultados heridos, dos de gravedad. En Managua, un grupo atacó con cohetes artesanales y piedras la sede del Partido Liberal Constitucionalista, sin que se registraran heridos. Datos preliminares informan que, tras la jornada del sábado, se registraron más de 20 heridos; al menos tres se encuentran en estado reservado, según medios locales.

La oposición criticó la violencia por parte de los simpatizantes del Gobierno. En la concentración realizada la noche del sábado, el presidente Ortega llamó a la calma y pidió "entendimiento" a los distintos bandos. "Es necesaria la unidad respetando los derechos sagrados del pueblo", dijo Ortega.

El mandatario aprovechó el mitin para nombrar como nuevo jefe del Ejército de Nicaragua al general Julio César Avilés, que fue guerrillero sandinista durante la lucha contra la dictadura somocista. Avilés, jefe del Estado Mayor General desde 2005, realizó estudios militares en Cuba. El oficial ocupará el cargo que hasta ahora desempeña el general Omar Halleslevens, cuyo periodo concluye el 21 de febrero.