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El Ministro Carstens contra los Premio Nobel

Stiglitz desató la polémica al criticar el manejo mexicano de la crisis

En su presentación en el foro Expo Management 2009 en la ciudad de México el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz señaló que la economía mexicana tendría uno de los peores desempeños en el mundo en este año y que la forma de enfrentar la crisis había sido la equivocada.

Nada de extraño tiene la afirmación de Stiglitz, el propio gobierno federal ha estimado que la caída del PIB en este año será cercana al 7 %, la más drástica desde 1932. Lo que el gobierno disputa, y así lo hizo saber a través de sendas y airadas declaraciones tanto del ministro de Hacienda Agustín Carstens como del Ministro de Desarrollo Social Ernesto Cordero, es que esto se debe a una errónea selección de políticas económicas.

No es la primera vez que Agustín Carstens sale a tratar de enmendarle la plana a algún premio Nobel; el pasado 27 de octubre durante su comparecencia ante el Senado señaló "y con todo respeto a los premios Nobel que han venido a decir cosa contraria, yo les pido que antes de opinar sobre un país que no conocen vean los datos. Algunos de ellos son mis profesores, pero sí me atrevo hacerles esa recomendación".

Lo primero que salta a la vista de su señalamiento es el uso del plural "los premios Nobel" y es que para entonces ya se habían pronunciado en contra de la política económica mexicana los premios Nobel James Heckman, Robert Engle, Edmund Phelps y Eric Maskin; a esas voces se ha unido ahora la de Stiglitz. Pocas veces la política económica mexicana había generado un consenso tan distinguido... en contra de ella.

Pero la pregunta que nos debemos hacer es si tiene razón o no el Ministro Carstens al afirmar que los Nobel hacen esos señalamientos porque desconocen los datos de la economía mexicana (no vale la pena detenerse a comentar la sugerencia que Ernesto Cordero realiza a Stiglitz de "leer un poquito más" sobre las políticas mexicanas, a diferencia de Carstens, quien fue Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Cordero nunca ha sido un economista particularmente prestigiado).

Lo curioso es que en teoría, y sólo en teoría, Carstens podría tener razón. Y es que los Nobel de economía son como los de medicina, son muy especializados. Es decir, tal vez no se nos ocurriría preguntarle a un neurocirujano cómo curar una epidemia de paludismo; en el mismo sentido tal

vez un economista tan notable como Eric Maskin, a quien se otorgó el Nobel por su contribución a la Teoría del Diseño de Mecanismos, no sería el más indicado para hablar de la economía mexicana.

En todo caso, no es esta una crítica que se pueda hacer a Stiglitz o Phelps, ambos expertos en Macroeconomía. Más aún, Stiglitz fue también economista en jefe del Banco Mundial a mediado de los noventa y gran parte de sus trabajo fue hacer una análisis de políticas comparadas y elegir aquellas que podían definir a "las mejores prácticas".

Pero aún así llama la atención la uniformidad de opiniones. La crisis es internacional, así que los Nobel la han venido observando (¡y viviendo!) con diversos niveles de interés. Más aún, en el mundo existe un consenso más o menos generalizado sobre cómo enfrentar la crisis: aumentar el gasto público y disminuir (marginalmente) los impuestos. México es uno de los pocos países que optó por hacer lo contrario; España fue otro de ellos.

Me parece un poco riesgoso afirmar que los Nobel no conocen lo suficiente de la economía mexicana como para opinar sobre ella; pero me parece más interesante hacernos alguna pregunta similar con relación al propio Carstens; no hay más que recordar que hace un año el gobierno federal (a través de los sus Criterios Generales de Política Económica 2009) estimaba el crecimiento de la economía mexicana para el 2009 en 3%, después corrigió al 1,5, después al cero y ... bueno, ya vamos en -6,7 es decir un error de casi ¡diez puntos del PIB!

Se trata de un debate difícil, pero me parece que en cualquier caso hay que reconocer que se necesita valor para ponerse al tú por tú frente a los pesos pesados de la economía mundial.

Arturo Herrera es economista.

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