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Brown intenta levantar el vuelo con medidas sociales y contra la delincuencia

El primer ministro aboga en el Congreso Laborista por suprimir beneficios sociales a los padres de hijos conflictivos.- Califica las próximas elecciones como "las más importantes en una generación"

El primer ministro británico, Gordon Brown, en el Congreso de los laboristas en Brighton
El primer ministro británico, Gordon Brown, en el Congreso de los laboristas en BrightonAFP

El primer ministro británico ha tenido hoy una cita crucial en el congreso del Partido Laborista que se celebra en Brighton. Gordon Brown ha prometido que realizará una limpieza política y endurecerá la lucha contra el crimen para tratar de evitar una derrota demoledora en las elecciones del próximo año.

Su discurso ha estado dirigido para ganar el respaldo de los votantes de clase media que apoyaron a los laboristas bajo el Gobierno de Tony Blair, quien ganó tres elecciones antes de retirarse del cargo en 2007.

Con las encuestas en contra -las hay incluso que predicen que los laboristas caerán al tercer puesto, por detrás de los liberal-demócratas y los tories-, Brown ha ofrecido un discurso clave para remontar las expectativas del partido a menos de un año de las elecciones.

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En un discurso con amplio contenido social, Brown ha dicho que los laboristas han acertado al inyectar miles de millones de libras en la economía para afrontar la recesión y ha dicho que se comprometerá legalmente para recortar el déficit récord de presupuesto en casi la mitad en los próximos cuatro años.

"Imparcialidad y responsabilidad"

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Brown, agobiado en los últimos meses por una serie de escándalos en la clase política y las críticas por los exagerados sueldos de los ejecutivos bancarios, ha destacado las virtudes de la "imparcialidad y la responsabilidad". "Llámenlos valores de la clase media, llámenlos valores de la clase trabajadora tradicional, llámenlos como quieran pero son los valores de la mayoría", ha afirmado el primer ministro en su discurso. Brown también ha prometido que los votantes podrán echar a los parlamentarios que hayan incurrido en actos de corrupción.

Y en lo que podría considerarse la apertura de una ventana a los demócratas liberales que podrían decidir el equilibrio de poder en las próximas elecciones, Brown ha dicho que los laboristas ofrecerán realizar un referéndum para decidir una enmienda del sistema de votación a comienzos de la próxima legislatura.

Cambiar el mundo

El primer ministro ha hecho un llamamiento a los laboristas para "cambiar el mundo otra vez". Ha asegurado que los que voten en los comicios del próximo junio tendrán en sus manos "la elección más importante en una generación".

También ha hablado sobre la delincuencia que azota actualmente Reino Unido. "Allí donde se produzcan comportamientos antisociales, allí estaremos para combatirlos". Tras el discurso de ayer de Peter Mandelson, que galvanizó a los militantes con una llamada a la lucha para dar la vuelta a los pronósticos, Brown pretende seguir esta línea centrándose en lo social: "No nos quedaremos mirando cómo una minoría irrespetuosa de la ley perturba la vida de la mayoría que sí lo hace. Porque la mayoría decente y trabajadora está cada vez más molesta, y con razón, con esa minoría que sólo habla de sus derechos pero sin asumir sus responsabilidades".

Entre las medidas concretas, Brown ha abogado porque los padres cuyos hijos anden descarriados sean privados de beneficios sociales a menos que acepten ayuda para mejorar sus habilidades como padres. Los laboristas perciben que el ciudadano medio quiere mano dura contra el vandalismo y culpa a la decadencia de la familia de los males de la sociedad.

Por otro lado, Brown ha dicho que presionará a los tribunales para que emitan más órdenes de prohibición de beber contra los condenados por crímenes cometidos bajo los efectos del alcohol.

En lo social, el primer ministro ha prometido que en los primeros cinco años de Gobierno ofrecera 10 horas gratuitas a la semana para el cuidados de unos 250.000 niños de familias con ingresos medios o modestos.

Todo sea por dar la vuelta a unas encuestas que cada vez son más desfavorables para Brown, que accedió el cargo en 2008 tras la marcha de Tony Blair. Una encuesta realizada por Ipsos Mori anuncia un descalabro laborista importante, ya que los sitúa como tercera fuerza, con un 24% de los votos, por detrás de los Liberal-Demócratas, con un 25%, y muy lejos de los tories, que ganarían el Gobierno con un 36%. Sería la primera vez desde 1982 que los laboristas quedan terceros.

Gordon Brown y su esposa, Sarah, en el paseo marítimo de Brighton.
Gordon Brown y su esposa, Sarah, en el paseo marítimo de Brighton.REUTERS

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