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El líder de la revolución iraní se muestra conciliador con la oposición

El ayatolá Ali Jameneí subraya la necesidad de acabar con "el ambiente de sospecha que contamina la vida política iraní"

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, pareció tender una mano a la oposición hoy al advertir a los partidarios del Gobierno contra las acusaciones sin pruebas. En un sermón con motivo de la festividad del Eid al Fitr, con la que se pone fin al Ramadán, Jameneí también subrayó la necesidad de acabar con "el ambiente de sospecha que contamina la vida política iraní".

Esas palabras contrastan con las que pronunció hace dos semanas cuando anunció "una dura respuesta" para quienes se atrevan a cuestionar el régimen. Jameneí se alineó con el presidente Mahmud Ahmadineyad al día siguiente de las controvertidas elecciones que le dieron la reelección el pasado junio Desde entonces, ha intercalado algunos discursos más conciliadores, tal vez en un intento de mostrarse equilibrado y recuperar la legitimidad perdida a ojos de muchos iraníes.

Pero hoy el destinatario parecía ser su viejo rival político el ayatolá Ali Akbar Hashemí Rafsanyaní, quien, tras su ausencia de las últimas ceremonias políticas y religiosas, volvió a estar en las filas de las autoridades. "Lo que un sospechoso dice ante un tribunal sobre un tercero, no tiene validez", manifestó Jameneí. Aunque no dio nombres, todos los iraníes tienen frescas las acusaciones de que Rafsanyaní y otros líderes reformistas conspiraron para evitar la reelección de Ahmadineyad, lanzadas durante el reciente juicio contra los detenidos por las protestas que siguieron a los comicios.

Jameneí reservó su vitriolo para la prensa extranjera, a la que acusó de envenenar el ambiente de Irán "en especial durante los últimos meses". Y no olvidó la obligada referencia a Israel, al que en esta ocasión tildó de ser el "cáncer mortal" de Oriente Próximo.

"El Día de Jerusalén [el pasado viernes] fue una jornada de gritos claros contra el cáncer mortal del sionismo que se está extendiendo [en la región] a través de las manos ocupantes de los invasores y de las potencias arrogantes", declaró el líder jaleado por los gritos de "Muerte a Israel". Ni una sola mención a las decenas de miles de iraníes que aprovecharon ese día para demostrar su malestar con el Gobierno y su apoyo a los líderes opositores a los que las autoridades vapulean. Un responsable policial anunció más tarde que ese día detuvieron a 35 manifestantes.

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