El Ejército paquistaní gana terreno a los talibanes

Las fuerzas de seguridad paquistaníes recuperan el control del distrito de Buner, al norte del país

Después de que la semana pasada los talibanes causaran la alarma internacional al hacerse fuertes en la zona de Buner, a 100 kilómetros de Islamabad, la capital paquistaní, el ejército ha conseguido recuperar el control de esta región. La operación militar iniciada ayer ha dado sus frutos y el ejército se ha hecho hoy con el control de la capital del distrito norteño de Buner, según informaron fuentes militares.

Efectivos del ejército y de la fuerza de guardia de fronteras han conseguido llegar hasta la localidad de Daggar, capital de esta demarcación montañosa situada al sur del conflictivo valle del Suat.

"Ha habido algunos choques y se han registrado víctimas. Hemos asegurado Daggar", ha explicado el teniente-coronel Basir Haider, quien agregó que la ofensiva continúa en diferentes puntos del distrito. El ejército informó ayer que entre 450 y 500 insurgentes continúan escondido en el área de Buner, después de que la semana pasada la mayor parte de las fuerzas talibanes abandonaran la zona tras conversaciones con las autoridades pakistaníes.

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Miles de desplazados

El avance talibán sobre la región de Buner, al norte de Pakistán, causó gran preocupación en la comunidad internacional. La cercanía a la capital y a autopistas clave para el abastecimiento de las fuerzas de la OTAN en Afganistán hacen de la región un punto estratégico vital.

Las autoridades paquistaníes hicieron saltar las alarmas ante este crecimiento de la insurgencia y su avance hacia Islamabad, tan sólo días después de que el Gobierno aceptase llevar la sharia (ley islámica) al valle del Suat, tal y como reclamaban los talibanes.

Unas 30.000 personas han abandonado la zona en los últimos días, según ha informado el ministro de Información de la Provincia de la Frontera Noroccidental, donde se encuentra el distrito de Buner. ONG en la zona han afirmado que la situación de los civiles desplazados es muy preocupante, y que ni el ejército oficial ni los insurgentes "parecen preocuparse del bienestar de los residentes" en la región.

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