Hay que escoger, como en la vida misma
¿Dos Davos? ¿Uno desechable, superado por la crisis y otro pegado a la realidad, a la vida a la gente ? No, demasiado simple. No hay uno ni dos Davos. El Foro Económico Mundial es muchas cosas a la vez, para todos los gustos, una larga carta que permite escoger y que obliga a escoger. No se puede estar en dos sitios a la vez. Como máximo utilizar el móvil para seguir por facebook o twitter alguna otra sesión. Estar en Davos obliga a elegir y realizar la humilde declaración de que nadie puede explicar de verdad todo lo que ocurre. La noción de actualidad ha quedado aquí superada. Davos es como la vida misma.
Esta mañana, panel asiático : China, Japón, India. Primera impresión: no hay allí el pesimismo europeo, a pesar de que la crisis también está golpeando, y a pesar de la recesión japonesa. El relativo optimismo viene de los chinos y los indios, no de los japoneses. Segunda idea : son economías más complementarias que competitivas, a diferencia de la impresión que hay en Europa, debido probablemente al exceso de expectativas y de instituciones. Asia es más modesta y enfrenta los problemas con más tranquilidad. Tercer apunta, a partir de Stephen Roach: hace un año creíamos que Asia escaparía de la crisis, ahora vemos que efectivamente también ha sido golpeada, lo cuál demuestra que es la primera crisis realmente global. Todo esto merece un comentario entero, que habrá que intentar en algún momento.
Por la tarde, panel latinoamericano, con dos mexicanos en el estrado, el actual presidente Felipe Calderón y el anterior Ernesto Zedillo, que actúa de presentador y entrevistador. Junto a ellos Álvaro Uribe, el presidente colombiano, y Jose Miguel insulza, el ex canciller chileno y actual secretario general de la organización de Estados americanos. También allí hay menos pesimismo que en Europa. Calderón lo cuenta muy bien: esta vez la crisis viene del norte y no de América Latina. Ni tango, ni samba, ni tequila: big mac. Y los latinoamericanos están mejor preparados que en otras ocasiones, con las economías más saneadas y los sistemas bancarios más eficientes. También habrá que darle alguna vuelta más.
Tercera aproximación a los muchos Davos que hay en Davos: el panel tecnológico, donde está la última generación de los empresarios de la web 2.0, arriba en la mesa el fundador de Youtube, Chad Hurley o el de Facebook Mark Zuckermanm, abajo el de Google, Larry Page. No se habla de economía: en privado todos dicen que notan la crisis como todo el mundo pero que la crisis no pone en cuestión sus negocios. Son el futuro y la crisis es el presente. Este es el Davos más glamuroso. Suscita incluso noticias frívolas : Zuckerman, el más joven de todos, lleva corbata. Pero lo más interesante es el gran debate de este sector de punta: ¿qué pasa con la privacidad? La respuesta es brutal: el negocio es la privacidad. La generación del cambio, que es la que ha llevado a Obama al poder en Estados Unidos, se configura como una generación sin privacidad. Saltan datos formidables: youtube recibe una carga de 15 horas de vídeo por minuto; sólo un dos o un tres por ciento cuelga vídeos: el resto son consumidores pasivos. La mesa es curiosa: todos norteamericanos, todos muy jóvenes salvo Craig Mundie, el jefe de investigación estratégica de Microsoft.
Decía que hay muchos Davos. Dos más: hay una formidable feria empresarial, buena parte vinculada a medios y a internet, que se despliega cada año y realiza en la estación invernal una de sus mayores exhibiciones del año. Cuenta con el público seleccionado para ello: los más poderosos de este mundo, los líderes de opinión, influencia o decisión que pueden abrir caminos a quien sea. Destacan en ella algunas marcas tecnológicas y grandes medios: Reuters, CNN, TNT, Google, en algún momento hubo empresas financieras. Lo mismo hacen muchos gobiernos, algunos hasta el exceso con recepciones en las que tiran la casa por la ventana, en contraste con la discreción o ausencia de otros. Así es la vida, variada y voluble, convertida ahora en marcas (empresariales o de otro tipo: los países también son marcas) que suben y bajan en su cotización.
La jornada no ha terminado. Hace poco ha hecho su intervención Angela Merkel, que ha pedido repetidamente lo que más falta ahora mismo: confianza. La falta de confianza es lo más repetido en los debates de estos días: no la hay en relación a los gobiernos, a las empresas, al funcionamiento de las instituciones, a los medios de comunicación, a la prensa de papel que todos en Davos observan con mirada funeraria. Ahora mismo está hablando Gordon Brown, que repite también otro mantra: hace falta mayor cooperación internacional, reformar las instituciones, evitar el proteccionismo. Y por la mañana han celebrado su conferencia de prensa Bill y Melinda Gates, que fueron las estrellas de Davos en la pasada década y ahora presentan aquí sus iniciativas filantrópicas y lanzan un llamamiento a no abandonar la ayuda al desarrollo. Y todavía sigue y sigue...
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