El Ejército de Sri Lanka lanza la mayor ofensiva en años contra los rebeldes tamiles

Las tropas gubernamentales de Sri Lanka han lanzado una de las mayores ofensivas de los últimos años contra los rebeldes de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), enfrentados al Gobierno por sus reivindicaciones independentistas y diferencias religiosas. El Ejército ha tomado el control de la ciudad Kilinochchi, conocida por ser la capital de facto de la guerrilla rebelde.

El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, ha confirmado oficialmente que las tropas ceilandesas han recuperado la capital del movimiento rebelde en un acto "heroico" que merece "la gratitud del país entero". Esta operación es la continuación de la lanzada ayer al norte del país, donde las tropas capturaron la ciudad de Paranthan. Norte y sur están conectados por una autopista que une la parte más importante del país con la península nororiental de Jaffna, bastión tamil al norte de Sri Lanka, donde los tigres y el Ejército combaten a diario por controlar cada metro de tierra.

La toma de Kilinochi y Paranthan supone dos de los movimientos más significantes que el Ejército del país ha hecho desde que se impusieron por segunda vez en la estratégica ciudad de Pooneryn, ubicada en el sudeste de Jaffna. Los rebeldes tenían en Kilinochi, 579 kilómetros al norte de la capital Colombo, una "administración paralela" con su propia fuerza policial y tribunales. No obstante, al tiempo que el Ejército se movilizó hacia esa dirección, los rebeldes han cambiado sus bases logísticas al distrito adjunto de Mullaitivu, en el norte de la isla.

La respuesta por parte de los Tigres Tamiles no ha tardado en llegar. Al poco de difundir el Gobierno la noticia de toma de control de la zona rebelde, un atentado suicida ha sacudido Colombo, la capital del país. Al menos dos militares han muerto y 34 han resultado heridas después de la explosión de una bomba cerca de la sede del Ejército del aire, según han informado fuentes militares.

El pueblo de Sri Lanka, dividido por el lenguaje y la religión, es mayoritariamente cingalés (74%), aunque la minoría más importante es la tamil (18%), y luego la de origen árabe (7%) y Vedda (1%). Después de más dos décadas de lucha, son más de 70.000 muertos, 600.000 desplazados, 200.000 refugiados en la India y otros tantos por el mundo.