México mira al norte con esperanza y escepticismo

La ola de esperanza desatada por la victoria de Barack Obama no alcanza a México. No al menos en primera instancia, ya que a pesar de que comparten una larga frontera y delicados temas como comercio, finanzas, inmigración, narcotráfico y seguridad, los asuntos mexicanos no son prioridad del presidente electo estadounidense.

Rossana Fuentes-Beráin, catedrática del Instituto Tecnológico y experta en la relación entre ambos países, aseguró que los mexicanos deben trabajar para superar un obstáculo importante: que el nuevo presidente "no tiene interés en México, está sobrecogido por varios frentes de guerra, tiene muchos asuntos en su radar y México no es uno de ellos". Pero puede haber una ruta de acercamiento, que tiene que ver con "trabajar pensando que somos el país que no puede plantearse como un problema sino como parte de la solución económica". El comercio y las finanzas atan a ambas naciones tanto como la migración y el narcotráfico.

La analista Denisse Dresser consideró que la relación con México ha sido sobredimensionada, pues "Obama no va a renegociar el TLC; él no es proteccionista ni se rodeó de asesores proteccionistas. Él apuesta a la globalización y al comercio, pero México no será lo más importante durante su administración". Además, sentenció que "no podrá hacer la reforma migratoria que planteó en los primeros 100 días de su Gobierno, pues eso lo dijo cuando aún no había estallado la crisis". Alrededor de 400.000 mexicanos se lanzan cada año sin papeles en busca del sueño americano.

Con este escenario, la prensa coincide con pequeñas diferencias. El diario El Universal dijo poco y de hecho "poco se espera en lo inmediato, aunque es importante que el Gobierno se haga presente y defienda los intereses mexicanos". El editorial de La Jornada difiere: "Por lo que hace a Latinoamérica y México, aunque el candidato vencedor carece de experiencia en la relación con las naciones situadas al sur del río Bravo, y por más que se ha abstenido de formular señalamientos específicos, es claro que sus posturas generales serán mucho más benéficas para la región que la demagógica simpatía de Bush y McCain".

En el Gobierno mexicano no parece haber mayores esperanzas. En medio de la tragedia que significó la muerte de su ministro de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, en un accidente aéreo, el presidente mexicano, Felipe Calderón, envió un mensaje de felicitación a Obama, a quien dijo que confía en que la relación sea "de progreso basada en la corresponsabilidad, el diálogo franco y respetuoso, y la confianza mutua".