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A la espera del cohete Obama

Incombustible Jimmy Carter

Hoy nos ha recibido en su suite del Hyatt el ex presidente Jimmy Carter. Acompañados por el embajador de España, Jorge Dezcallar, y los dos delegados del PSOE, Juan López Aguilar y Juan Moscoso, he podido conocer y charlar con el que fue uno de los presidentes de Estados Unidos más polémicos de su historia. Nos ha acompañado en la reunión su solícita y atenta mujer, Rose. Carter se ha convertido en un incombustible activo en países con problemas de solidez democrática a través de las actividades del Centro Carter. Tras invitarnos a un café, se ha mostrado extraordinariamente amable y cariñoso con España. En todo caso, lo cierto es que sus opiniones sobre Cuba y Venezuela me han parecido en exceso confiadas cuando no sencillamente ingenuas. Es loable confiar en los buenos propósitos de las personas pero no creo que ni Raúl Castro ni Hugo Chávez hayan acreditado a lo largo de su sangrienta vida política demasiada solidez democrática. En todo caso, gracias a la Convención por la hospitalidad y por el pase especial con el que nos ha obsequiado.

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En el 'floor' del Pepsi Center

El ex presidente Carter nos ha regalado unos pases especiales de floor que daban acceso a la zona más restringida del Pepsi Center, frente al escenario y junto a los delegados de Florida y Delaware. Desde allí abajo, las cosas se ven distintas. Codo con codo con los delegados más veteranos ataviados con pins y gadgets de históricas convenciones como galones de antiguas batallas, uno se siente un poco marciano con su mochila en un mundo tan genuinamente americano. De repente, me topo con algún personaje como Spike Lee y recuerdo la tensión racial tan desacomplejadamente descrita por el cineasta afroamericano en su genial peli Do the right think. El factor racial está en el ambiente, pero nadie se atreve a ponerlo encima de la mesa. Clinton ha seguido al pie de la letra el guión de la unidad demócrata al igual que John Kerry. Sin duda, el discurso de mayor impacto y alcance ha sido el de Joe Biden. La estrategia demócrata a estas alturas está muy clara: intentar romper la imagen de independiente de Mc Cain y conseguir identificar como sea al senador por Arizona con G.W.Bush. El mensaje más repetido no se anda por las ramas: "¿Mc Cain? Más de lo mismo". El otro elemento nuclear de la estrategia es consolidar la idea de que una victoria de Obama devolvería a los Estados Unidos el respeto de la opinión pública internacional. Es decir, Obama como el restaurador del prestigio americano en el mundo. En mi opinión, por muy loable que sea este propósito, al americano medio eso le importa más bien poco. Dicen algunos expertos, como el ex asesor de Clinton y actual comentarista de la Fox, Dick Morris, que Mc Cain tiene la victoria al alcance de la mano si asume el riesgo de escoger a una mujer como ticket de vicepresidente. La jugada consistiría en demostrar voluntad de cambio y recoger el voto descontento de las mujeres que habían apoyado a Hillary durante las primarias. Veremos en las próximas horas cómo el equipo de campaña de Mc Cain reacciona al espectáculo redondo de la convención de Denver que mañana nos ofrecerá el plato más esperado de todos.

Obama, obligado a despegar en el estadio de los Broncos

El talentoso senador por Illinois está obligado a despegar en las encuestas tras el mitin que ofrecerá mañana ante 75.000 personas en el estadio de los Broncos de Denver. Lo cierto es que hoy Obama ya ha hecho historia al ser el primer afroamericano oficialmente nominado por uno de los dos grandes partidos a la presidencia de los Estados Unidos de América. Gane o pierda algo, ya ha cambiado en la primera potencia del mundo. No sé que ocurrirá al final el 4 de noviembre, pero uno se siente ya contagiado por la sensación de momento histórico que embarga el ambiente en la capital del estado de Colorado. Si Obama sube diez puntos en las encuestas del día después de la Convención, el cambio será muy posible. Si por el contrario, Obama no experimenta un considerable despegue, la semana siguiente la oportunidad será para Mc Cain. Mañana dejaremos la corbata, nos podremos unos tejanos y nos calzaremos unas cómodas bambas para irnos al estadio a vivir uno de los espectáculos políticos más interesantes de nuestro tiempo.

El diputado Jorge Moragas saluda al ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
El diputado Jorge Moragas saluda al ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter.ELPAÍS.com

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