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¿Otra belleza?

El escritor italiano Alessandro Baricco ha realizado una proeza literaria. Ha convertido el largo y a veces farragoso texto de la vieja Ilíada, escrita en hexámetros griegos, en unas pocas páginas que se pueden leer de una tacada. Tuve la primera noticia por Jacinto Antón gracias a una entrevista publicada en las páginas del diario El País, el 2 de julio de 2005, en la que Baricco nos contaba que "La Ilíada es un gran monumento a la guerra que encierra amor a la paz"; y luego en Babelia del 16 de julio del mismo año, donde el extraordinario conocedor del mundo clásico que es Carlos García Gual nos garantizaba que esta versión del poema épico, publicada aquí por Anagrama, guarda "la grandeza de la visión homérica de ese universo heroico: la matanza feroz y estridente, extrañamente cercana, en la paradójica belleza de esa guerra atlética, gloriosa y sangrienta".

Baricco ha eliminado a los dioses, cuyo papel es enorme hasta el exceso en el texto homérico, con el resultado de subrayar la humanidad de los guerreros. El escritor no oculta sus intenciones contemporáneas: "No son éstos unos años cualesquiera para leer La Ilíada", ha escrito en una apostilla final al texto. "Son años de guerra. Y por mucho que guerra siga pareciéndome un término erróneo para definir lo que está sucediendo en el mundo [un término socorrido, diría yo], lo cierto es que son años en que algo así como una orgullosa barbarie, relacionada con la experiencia de la guerra durante milenios, ha vuelto a convertirse en una experiencia cotidiana".

La voz del poeta muestra cosas que queremos olvidar, o que damos erróneamente por periclitadas. La humanísima inhumanidad de la actividad bélica, sin ir más lejos. La tenebrosa y deslumbrante belleza de la guerra, que fascina a la humanidad desde siempre. O el dolor de las mujeres, madres y esposas de los guerreros, un clamor por la paz ya en el texto helénico, como lo ha sido en nuestra época el combate de Cindy Sheehan (1) frente a George W. Bush. Esa Ilíada merece una lectura estrictamente contemporánea, con el contraste de otros dos textos sobre la guerra publicados en los mismos días. Se trata del fascinante Diccionario de la guerra, y de la larga crónica periodística La caída de Bagdad (Anagrama), del reportero Jon Lee Anderson, probablemente uno de los mejores conocedores y testigo directo de los conflictos violentos de nuestro tiempo., en los que nos narra en primera persona y de primera mano desde la capital iraquí los últimos días del régimen de Sadam Husein y la entrada de las tropas norteamericanas. De la mano de Anderson no vemos héroes ni nobles combates, no nos deslumbran tampoco la violencia y el dolor. Al contrario, su voz está cerca del aliento y del pulso de los seres humanos ordinarios, en los que sobresalen el miedo, las miserias y el horror, la mentira y la manipulación de las que son víctimas, y su menuda pero a fin de cuentas grandiosa humanidad.

Baricco pide, en su apostilla, una belleza tan deslumbrante como la de la guerra, pero distinta. "Construir otra belleza es tal vez el único camino hacia una auténtica paz. Demostrar que somos capaces de iluminar la penumbra de la existencia sin recurrir al fuego de la guerra". Añorando la belleza de las guerras de antaño, quiere una épica sin violencia en un mundo lleno de violencia sin épica. ¿Pero acaso no añoran todas las épocas la supuesta nobleza de una forma anterior de guerrear? Su quimera es una hibridación ejemplar entre un pacifismo de corazón con una lúcida percepción sobre la naturaleza humana. ¿O acaso no hay una nueva épica guerrera en la fascinación por la soberbia superioridad tecnológica de los ejércitos norteamericanos? ¿Y no hay asimismo una épica del sacrificio individual sin límites al dictado de la voluntad y el designio de un dios terrible, en este caso ya no como aureola de la imaginación ideológica, sino como el propio combustible de los comandos suicidas que nos atacan?

Por desgracia, no hay otra belleza. Si esto es una guerra, no es distinta. Es la guerra de siempre. Y lo es en sus resultados incluso aunque no admitamos que sea guerra, porque es sucia, apestosa, horrible e inhumana, y sólo sirve para esparcir el dolor y el llanto.

1.- Cindy Sheehan es la madre del soldado Casey Sheehan, muerto en combate en Irak en abril de 2004. Esta mujer se convirtió en el símbolo de la oposición a la guerra, sobre todo cuando en agosto de 2005 encabezó las manifestaciones antibelicistas en la entrada del propio rancho de Bush, en Crawford, Texas.

Comentarios

"Al contrario, su voz está cerca del aliento y del pulso de los seres humanos ordinarios, en los que sobresalen el miedo, las miserias y el horror, la mentira y la manipulación de las que son víctimas, y su menuda pero a fin de cuentas grandiosa humanidad." así la sufrí, no puedo desearlo a nadie, y nunca habrá belleza (ni otra ni una) en la guerra para mí.
Nunca se me habría ocurrido relacionar los términos belleza y guerra, son totalmente incompatibles, no hay nada bello en una guerra, en ellas se puede ver toda la "fealdad" de la que es capaz un ser humano. Me parece una aberración.
La humanísima inhumanidad de la actividad bélica m , m y m esa era la guerra incluso puede verse en la Primera Mindial no en la segunda, que no es más que ( un punto, claro) que necesidad ante el hambre de la crisis de alemania y la indecencia antes de 1939, m belísimo La guerra, ese significado de... el honr en ello es profundo sentir eso, belleza pura ( no es lo mismo el significado de la muerte en guerra) recuerdo cuando Tolstoi ( es que le estoy re-re i releyendo pues) decía que en la guerra de por esa zona de Ucrania... era imprsionante sentirse hombre, matar era algo abominable esa es la belleza de dar la vida no? Guerra y Paz, m cuando le hicieron del ejército, por su hermano, creo, preguntaron quién ese solddo que tanto ama a Rusia y la defiende ( así era, ) y el zar dijo, no... no ... no permito que sea soldado, es necesario leerle.... así fue... en sentido de honor, lealtad, y leyes humanas en ella, que las hay, es bell´kisima.... los emperadores romanos iban a la guerra, dónde está Bush u otros, ahora no... cuando los animales luchan no se llama guerra, no? ahora, no. Baricco la humanísima inhunaminidad es bellísima esa frase que no pronunciaría nunca un griego, pero sí abominaban de los horrores en guerra o sin ella... Alejandro magno, ese adolescente, ese gran hombre ( me ricordo eso) La caída de Bagdad,m lo leeré, sí, creo que esa madre sintió después el dolor de la manipulación. Ya no hay belleza en la guerra, y eso es lo bello, el sentido no es sobrevivir o combatir por combatir, Georgia no representa Yugoslavia, ni tiene sentido ver que Kosovo puede cuando Putin dice, quién querrá estar en Georgia después de ésto.... no tiene ni honor de guerra ( así ya no se puede) la kgb no existe y no es necesario los tanques en Georgia, eso no es bello, eso ya es miseria de gobiernos.... Héroes, eso es ... ya los medios de comunicación no hablan de eso, fenomenal, hablan de muertes, de torturas a los prisineros... qué bien pues
pues yo que la sufrí si entiendo que haya belleza, lo que explicaría la Iliada, las películas, los desfiles etc. pero se comprende que esta belleza es muy, pero que muy, masculina Lluis Bassets así lo sobreentiende, en una frase habla de las mujeres: "O el dolor de las mujeres, madres y esposas de los guerreros, un clamor por la paz ya en el texto helénico, como lo ha sido en nuestra época el combate de Cindy Sheehan (1) frente a George W. Bush." dice. el resto en masculino.
Hay otro experto de lo clásico que entiende que la guerra tenía algo bueno en la Grecia de Homero: “Esto era posible gracias a causa de la superposición de una comunidad, de la unidad territorial bajo el rey, sobre aquel sistema de castas y grupos de parentesco que simplemente debilitaba la posición de este sistema; mas sólo en parte y en ciertos aspectos. La actividad principal de la comunidad era la guerra, en particular la defensiva, mientras que los trámites usuales de paz, la obtención de los medios de vida, el trato social, la administración de justicia, las relaciones con los dioses, e incluso las relaciones no belicosas con el mundo exterior eran en su mayor parte efectuadas, como antes se ha dicho, por los canales entrecruzados del olios, el parentesco, y la clase”. Finley, M.I. “El mundo de Odiseo”. Breviarios del Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1999. Pág. 99. ¿No es una belleza, desde el punto de vista del pacifismo? ¿Se parece algo a lo de hoy? Si dejásemos las caricaturas de “negros y chicanos” a los que los Odiseo modernos se aferran, atando no los cuerpos sino la mente para no dejarse llevar por las sirenas de la verdad, no de la mentira, veríamos.
Sigo sin ver la belleza, ni masculina ni femenina, por ningún rincón. Hablo sin conocimiento de causa, yo nunca he sufrido una guerra y lo que puedo saber es de segunda mano, de mis padres que sí que la sufrieron de jovencitos. Lo que más recordaban era el miedo, un miedo que nublaba todo lo demás, la crueldad despiadada y el odio sin razón. Ni el miedo, ni la crueldad ni el odio son bellos. Ni en masculino ni en femenino. La Iliada es una bella crónica, pero no por el tema que trata sino por su forma y el estilo del autor que maquilla la realidad. Las películas de guerra, si de verdad reflejan la realidad son duras, nunca bellas y si son bellas es porque la esconden. No hay belleza en el sufrimiento.
Yo tampoco encuentro belleza en la guerra y hasta una épica, que no se refiera a los triunfos deportivos, me da “repelús”. Decía Vázquez Montalbán que él prefería agotar su cuota de irracionalidad en el deporte, en el fútbol concretamente. En el deporte el triunfo, cierta agresividad, la consecución de la victoria, son nobles. Fuera de él, tengo dudas. La prensa, también “El País”, habla de “machacar”, “aplastar” etc., en algunas crónicas deportivas. El lenguaje siempre acaba por definirnos. Interesa que la competitividad, la derrota del otro, su anulación, impregne nuestras vidas. Es la esencia última del sistema, capitalista. Nuestro medallista de esgrima de ayer decía que no hacía otra cosa que, con su disciplina olímpica, continuar los juegos de niño y, poco más o menos, que “a quién no le gustaría” seguir, de mayor, con este tipo de agresivos juegos. Un famoso Premio Nóbel, Konrad Lorenz, defendía la tesis de que la violencia es innata en el hombre. Menos mal que otro antropólogo, no menos famoso, Ashey Montagú, estaba en franco desacuerdo. Prefiero la tesis de este último. Montagú piensa también que la mujer es superior al hombre. Hoy, en la ciudad en que vivo, una mujer ha matado a un hombre. No deja de ser una terrible excepción. En “El País” de hoy Peter Singer, especialista en Bioética y defensor del proyecto Gran Simio, habla, con razón, de proteger a los monos. Podríamos pensar que antes hay que proteger a los seres humanos victimas de las guerras. Se puede hacer al mismo tiempo. El que no respeta a los animales difícilmente va a respetar a otro ser humano. Tendríamos que acostumbrarnos a cambiar la mirada y no encontrar belleza en las guerras. Ni en los toros. A veces, en los toros, resulta difícil no encontrar cierta estética y son nuestro propios “valores” éticos los que condicionan nuestra estimación estética. Es de sobra conocido el argumento de que es más noble morir en una plaza que en un matadero. Y los vegetarianos son minoría. Montalbán, volvamos a él en este blog que se le dedica, afirmaba que también sufrían las lechugas al ser arrancadas. Su aportación más interesante alrededor de este tema es esa idea de que cocinar nos hace soportable la idea de tener que matar para comer. La cocina como metáfora de la cultura es uno de sus pensamientos más inquietantes. Cuánta duda. Y que desazón. Hoy la compañera de habitación de la ciclista española que dio positivo por EPO, como primera respuesta a quién le preguntaba por ello ha dicho: ¡Guau!. Las simplificaciones, como los instintos, aproximan a las especies. El perro el mejor amigo del hombre, proyecto Gran Simio, Salvemos las ballenas, prohibamos, si es preciso, las corridas y prohibamos los suicidios sólo cuando se convierten en espectáculos: Mishima, ¿José Tomás?... (o impidamos los kamikazes). Pero, sobre todo, convenzámonos, y hoy especialmente a Putin, de acabar con las guerras.
Cuánta pedantería y cuánta insensatez se lee hoy en este blog. Parece mentira que con la realidad de la guerra llamando otra vez a las puertas de Europa haya tanto imbécil pretencioso dispuesto a parlotear sobre el tema.
yo, la verdad, cuando leo a alguién que sólo sabe tratar de ímbeciles a los demás entiendo la parte agresiva del ser humano. La belleza de la guerra, Zorro
Maririu, sobre violencia, la colaboracionista francesa, y mujeres, está Sartre: “Realista, rechaza lo universal y la ley, prefiere la anarquía, sueña controlarlo todo, gusta de la violencia y la intriga, es femenina y odia a los hombres”. P.S.: A cuántos reventaría insensatamente la cabeza en Georgia quien, amparado en el anonimato de un nombre falso y la pretenciosa auto-citación parloteadora, sin poder matar con las manos lo intenta pedantemente con las palabras, como si sus imbecilidades intimidaran algo.
He estado a veces de acuerdo con las argumentaciones de John Doe. Me resulta más difícil estarlo con la forma. Las formas no son, en este caso, sólo convencionalismos sociales. Están relacionadas con el fondo y también definen, nos definen. Los insultos dirigidos en general nos afectan a todos. Sin determinados códigos haríamos “pis” por las calles, ¿dónde empieza la biología y dónde acaba la sociología? En Estos blogs se dialoga (o parlotea) aunque la guerra llame a las puertas de Europa (o a cualquier otra puerta). Usted mismo es lo que hace. Los voluntarios beligerantes dispuestos a coger las armas están bien vistos en muchos frentes. Anímese.
Easy John, please. What else there is to do here but discuss and talk?
Las formas deben adecuarse al contenido. Llamar imbécil sólo a quien se dé por aludido es lo adecuado en este caso y, a mi entender, justo lo suficiente. Aclaro: por imbécil pretencioso entiéndase aquél que se indigna ante un calificativo y, sin embargo, tiene por costumbre trivializar con su cháchara la muerte de otros seres humanos. PS: Susi, words are there to be used, whereas guns should never be. ;-)
Comparto sin restricciones la indignación de John, aunque también comprendo que haya quien se ofenda con su lenguaje crudo. Yo creo que cuando se apoya a este sistema absurdo con erudiciones a la violeta, por mucho que el lenguaje aparente ser docto o respetuoso, en realidad es pornográfico en el peor sentido del término. Siempre que sea objetivo, prefiero el lenguaje crudo de John. Ni quiero ni puedo decir mucho más, porque ahora tengo que recuperar el tiempo "perdido" en mis largas vacaciones. Ni estoy jubilado, ni creo que los queridos pesados que me rodean me dejen jubilarme nunca. Saludos a todos.
El insulto no es precisamente lenguaje crudo. Se pasa de caliente. Es, en todo caso, injustificable en un blog y a unos blogueros. No está aquí el poder, rectifíquese la dirección del "tiro".
Miguel: el poder está en todas partes, es como dios.
Moscú dice que es "guerra preventiva" además de fascinarse por las enseñanzas de Bush, que aséptica es así la guerra genial, como va a ver belleza cuadno es preventiva, de qué les estarán vacunando esta vez... no sé creo que era Atila que dicen que cruzaba los Pirineos con Elefantes ( no con caballos) y que era toda una alucinación para los italianos, y un gran estratega buscando la acción: será al Sol, a ellos les dará en la cara a nosotros en la espalda... no eran aún fronteras
El gusto por lo “objetivo” (“justicia objetiva” y “culpa objetiva”, decían los de los juicios de escarcamiento en Europa del Este) y lo “crudo” como muestra de autenticidad revolucionaria utópica (“sólo del odio puede surgir la auténtica transformación total”, decía Simon de Beauvoir) es del gusto de los absurdos maniqueos y sectarios. En todo caso, la indignación queda reservada para la primera dosis de anormalidad, y la perplejidad, para los inumerables casos de posterior agresividad fascista que ponen de relieve quienes no pueden, ni quieren, vivir con los demás. “El infierno son los otros”. Pues oiga, muy bien, pero amargarse la vida usted sólito y no intento fastidiársela al resto si no puede soportarlo. P.S.: Buenas, Chapuza, aspaldiko! Eras el que faltaba para terminar el belén. Aunque Fred Zakaria sea "el sistema y bla, bla, bla", te recomiendo el artículo sobre el mundo posamericano, que comentó Bassets en su día, y que relata la decadencia del Imperio británico a partir de las lecciones de Hobsbawm, erúdito violeta-granate-rojo. Y repito: si estás por aquí cerca, no te pierdas los fuegos de la Aste nagusia donostiarra, desde la Avenida hasta la Concha. Hurrengora arte!
Buenas, Gaspard. Aunque desgraciadamente no entiendo el vasco, supongo que me dices cosas agradables y te lo agradezco. No estoy cerca, sino muy lejos. El que ha estado por esos lares recientemente es mi hijo mayor, que ha vuelto entusiasmado. Contento de ver que sigues vivo, aferrado a tus ideales de hijo de papá. No te líes tanto defendiendo lo indefendible, que el horno de los oprimidos no está para bollos. Hasta pronto.
¡Ah, Gaspard! Te mando la Declaración Oficial del Gobierno de Cuba emitida ayer, para que disfrutes: Cuba defiende la paz como requisito indispensable para el desarrollo de todos los pueblos del mundo. Durante más de medio siglo nuestro pueblo ha sido víctima de las agresiones de los gobiernos de los Estados Unidos que lo ha obligado a invertir incontables recursos y energía. Ha sido firme y tenaz en la defensa de la soberanía del país y apoya los esfuerzos de la ONU y su lucha por la paz. Una parte de nuestro territorio está ocupado por la fuerza desde hace más de 100 años y nunca Cuba ha intentado ni intentará usar la violencia para recuperarla. Su política exterior es conocida y reconocida por la comunidad internacional. Surge en este instante una crisis que inquieta a los pueblos, originada por las noticias de los combates que estallaron en el Cáucaso, en la frontera al Sur de Rusia. Al desintegrarse la URSS, Osetia del Sur, anexada por la fuerza a Georgia, con la cual no compartía nacionalidad ni cultura, conservó su condición de república autónoma con sus autoridades locales y su capital Tsjinvali. Al amanecer del 8 de agosto, Georgia, en complicidad con el gobierno de Estados Unidos, lanzó sus fuerzas contra Osetia del Sur intentando ocupar la capital, lo cual anunció públicamente el mismo día en que se inauguraban los Juegos Olímpicos en Beijing. Es falso que Georgia esté defendiendo la soberanía nacional. Las tropas rusas estaban legalmente en Osetia del Sur como fuerza destinada a garantizar la paz como conoce la opinión internacional; no cometieron ninguna ilegalidad. La solicitud de una retirada previa de los invasores es justa y nuestro gobierno la apoya. Cuba, amenazada por las fuerzas de Estados Unidos, no puede, como una cuestión de principios, aceptar un alto al fuego sin la retirada de los invasores. Si fuese atacada por fuerzas extranjeras jamás admitiría tal tipo de alto al fuego. Raúl Castro Ruz Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros La Habana, 10 de agosto de 2008
Y tú sigues aferrado a vuestra repetida farsa de Historia, la dialéctica de buenos contra malos que tanto os gusta, tanto como que al despertaros huela a napalm, el enfrentamiento amo contra esclavo oprimido de Hegel, esa invención que ya nadie, salvo vosotros, os creéis, a pesar del certificado de defunción que cuelga de su piececito, motivo por el cual el resto de los bichos vivos de este planeta no os guardamos odio, ni veneno ni venom, ni nada parecido, sino cálido cariño. Lo siento por la distancia, nada se puede con ella de por medio. :) Agradezco tu consejo, pero no me valen los ideales a los que te aferras. El panfleto castrista sólo vale para buscar las siete diferencias, como en los pasatiempos, con el discurso de Paquito el chocolatero de El Pardo, o para rememorar los panfletos repugnantes de Mounier, Merleau-Ponty o Sartre contra Rajk y Slánsky y otros, del que los Castro tanto saben. Hablando, de Castro, los de Castro Urdiales estarán en la Bandera de remo de la Concha de principios de septiembre. Tienes casi un mes para acercarte. Ven y cuéntalo. Ahora sí, me voy, que queda una hora para coger sitio frente al Londres de la Bella Easo. P.S.: Por supuesto, Osetia del Sur y Abjazia son territorios georgianos que fueron vaciados de georgianos mediante limpieza étnica hace 15 años. Los rusos han concedido pasaporte ilegalmente y se han inmiscuido en territorio afgano. Checoslovaquia 38 redux. Entonces unos pactaron con el Diablo y entregaron el país, mientras otros (Molotov) sellaban la paz eterna, aunque no tanto, con los nazis. Ahora, unos gimen y los otros emiten comunicados en Granma. En el ‘Esprit’ o ‘Les Temps Modernes’ de 2008 nos contarán que los cuando gritan “¡socorro!”, los georgianos, ils racontent des romans feuilletons. Los mismos cuentos de siempre, la misma farsa.
INTELIGENTE...
en la paradójica atlética, gloriosa.... una belleza más deslumbrante que la guerra. con permiso, otra belleza... m cuatro segundos, uf! en ese momento qué ahogo... no importaba o sí en ese momento, no después.... pero ver la mano como llega y toca meta... uuu u uh! Phelps... y ese grito de adrenalina que queda después del agotamiento relaja , relaja ese grito tan inmenso es ...y el compañero u uu uh! más bello que la guerra. (imprsionante, qué ahogo... que brutal, qué inmenso... no era posible,,, lo es... uuu bellísimo... Phelps!)
Tienes razón, Gaspard, que los osetios siempre han sido georgianos (y los vascos,claro está, asturianos). Ya me parecía a mí que estos rusos no eran trigo limpio... ¡Te lías, Gaspard!
Invisible (Espejos, Eduardo Galeano 2008) "¿Cómo hubiera sido la guerra de Troya contada desde el punto de vista de un soldado anónimo? ¿Un griego de a pie, ignorado por los dioses y deseado no más que por los buitres que sobrevuelan las batallas? ¿Un campesino metido a guerrero, cantado por nadie, por nadie esculpido? ¿Un hombre cualquiera, obligado a matar y sin el menor interés de morir por los ojos de Helena? ¿Habría presentido ese soldado lo que Eurípides confirmó después? ¿Que Helena nunca estuvo en Troya, que sólo su sombra estuvo allí? ¿Que diez años de matanzas ocurrieron por una túnica vacía? Y si ese soldado sobrevivió, ¿qué recordó? Quién sabe. Quizás el olor. El olor del dolor, y simplemente eso. Tres mil años después de la caída de Troya, los corresponsales de guerra Robert Fisk y Fran Sevilla nos cuentan que las guerras huelen. Ellos han estado en varias, las han sufrido por dentro, y conocen ese olor de podredumbre, caliente, dulce, pegajoso, que se te mete por todos los poros y se te instala en el cuerpo. Es una náusea que jamás te abandonará."
Barrico es un perenne reinventor inacabado. Encaja por ello que haga "su version" de la Iliada. Gracias por recordarnos su proyecto y contarnos que ya esta en papel. Espero coincidir en el gusto tras leerlo y no reproducir -en otra dimension y medio- el sinsabor del Hamlet de Brannagh. Salud!

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