Arranca la carrera por el liderazgo del socialismo francés

Ya hay fecha y lugar para el congreso extraordinario del Partido Socialista francés (PS), en el que se debe dirimir el liderazgo con el que la formación hegemónica de la izquierda francesa intentará conquistar el palacio del Elíseo en 2012, tras una travesía del desierto que dura desde 1995. Será en Reims, a partir del 13 de noviembre. Y habrá vencedores y vencidos, no como en el último cónclave socialista, en Le Mans hace tres años, cuando el primer secretario François Hollande buscó la síntesis para cerrar las heridas abiertas en el PS por el referéndum sobre la Constitución Europea e hilvanó la desconcertante red que llevó a la derrota a la candidata Ségoléne Royal.

La lección que los socialistas sacan de la derrota del 6 de mayo de 2007 es que el candidato al Elíseo debe ser también el jefe del partido. Y Royal y el alcalde de París, Bertrand Delanoë, se han apresurado a presentar su candidatura. Delanoë, de 58 años, propulsado por su reelección al ayuntamiento de la capital y su buena cota en todas las encuestas, hizo público hace dos semanas un texto recogiendo las grandes líneas de la moción que presentará en Reims y el jueves presentará un libro escrito en colaboración con el director de Libération, Laurent Joffrin, con un título tan expresivo como: ¡Audacia!.

No sólo sus rivales, sino también todos los analistas, le han colgado ya la etiqueta de jospiniano, es decir: heredero el último primer ministro socialista Lionel Jospin, cuyo peso actual en el PS se desconoce. Royal, de 56 años, no tardó dos días en replicar en su personal estilo y en el contexto de un "Taller ciudadano" en París. "Si los militantes así lo deciden y lo consideran útil, aceptaré con alegría y determinación asumir la bella misión de jefe del partido". Hasta 25 primeros secretarios de federaciones regionales le apoyan, precisó, para dejar claro que sigue controlando una buena parte del partido. Pero desde la derrota, el PS ha perdido una cuarta parte de sus militantes, probablemente los que se afiliaron detrás de Royal.

Sin embargo, Delanoë y Royal no están solos. El ex ministro de Economía y actual presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Khan, no renuncia a nada, y así lo hizo saber este fin de semana en el transcurso de una cena con sus fieles del partido. "DSK -como se le conoce- no renuncia a nada", dijo uno de los asistentes a la cena. "Dominique nos ha dicho una y otra vez que su objetivo es 2012", añadía la vicepresidenta del Consejo regional de Ille de France Michelle Saban.

Y la lista no acaba ahí. Porque Martine Aubry, de 57 años, la ministra que introdujo la semana laboral de 35 horas, hija del histórico líder Jacques Delors, en la estela de su aplastante reelección a la alcaldía de Lille, en el norte, tampoco esconde sus ambiciones de tomar el partido por la izquierda ocupando el espacio que, aparentemente ha abandonado el ex primer ministro Laurent Fabius.

Y más allá de esta generación de cincuentones, los ambiciosos cuarentones ya no se conforman con la regla de que hay que esperar a que la generación precedente se retire. El abanico de posibilidades se extiende así a personalidades de nuevo cuño, como el alcalde de Évry, Manuel Valls, de 45 años, el hombre que se permitió rechazar el ministerio que le ofreció Nicolas Sarkozy hace un año, y que acaba de presentar un libro de entrevistas con el periodista Claude Askolovitch, titulado Para acabar con el viejo socialismo y ser finalmente de izquierdas, en el que esboza un programa realmente renovador, no sólo del PS, sino de la izquierda francesa, que, de llevarse a cabo, supondría finalmente el abandono de los últimos tics gauchistas que sólo el socialismo francés conserva.

Finalmente, tampoco hay que olvidar al propio Hollande, ya separado de su compañera Royal, que ha anunciado que no se presentará a la reelección como primer secretario, pero que no renuncia a intentar la carrera a la presidencia desde fuera de la dirección del PS, como lo intentó la madre de sus hijos.