Los grandes de la UE apuestan por imponer la ayuda a Myanmar
Solana invoca la Carta de Naciones Unidas para ayudar a los damnificados aun sin el permiso de la Junta
Las trabas que está poniendo la Junta militar birmana a la entrada de ayuda para los damnificados del ciclón Nargis está colmando la paciencia de las organizaciones internacionales, que presionan a Rangon para que rectifique su actitud. La UE apuesta por presionar a la Junta para que elimine las trabas a la entrada de ayuda y personal humanitario y garantice que llega a los afectados. Los tres grandes de la UE, Francia, Reino Unido y Alemania van más allá y recurren a un principio de la ONU para imponer que la ayuda llegue a los damnificados aun sin el consentimiento de la Junta. Mientras, la ONU ha pedido un "puente aéreo o marítimo" para evitar "una segunda catástrofe" en el país entre la gente que lo ha perdido todo y denuncia que muy pocos de los afectados por el ciclón han recibido ayuda.
Los ministros de la UE responsables de la ayuda humanitaria se han reunido hoy para tratar la emergencia de Myanmar. Los Veintisiete han aprobado un texto en el que, además de prometer más ayudas, piden a la Junta birmana más facilidades de acceso para los trabajadores y garantías sobre el destino de la ayuda. "Los Estados miembros prevén dar una ayuda financiera suplementaria, también en material, y acelerar el ritmo de la entrega de la ayuda", ha explicado el secretario de Estado de Exteriores de Eslovenia, Andrej Ster, recalcando que "hay que vigilar que la ayuda llegue a las personas a las que está destinada".
Londrews, París y Berlín, han ido más lejos y abogan por imponer la ayuda a la Junta, incluso sin su consentimiento. Invocan un principio contenido en la Carta de Naciones Unidas que no suele usarse, el de la "responsabilidad de proteger" a las víctimas. Ya lo había mencionado por la mañana el jefe de la política exterior de la Unión, Javier Solana, al pedir que la comunidad use "todos los medios" para ayudar a lso damnificados. "La Carta de Naciones Unidas abre algunas vías si no se consigue que la ayuda humanitaria llegue a la gente", ha dicho Solana. También ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, iba por el mismo camino. Según Solana, las medidas contempladas en la Carta de Naciones Unidas podrían aplicarse "en un país que ha sufrido una catástrofe y sus líderes no permiten la llegada rápida y organizada de ayuda".
Ya en la reunión, Francia, Reino Unido y Alemania han apostado por esta vía, según la secretaria francesa de Derechos Humanos, Rama Yade, qve ha anunciado que van a trasladar la petición de recurrir al principio de "responsabilidad de proteger" al Consejo de Seguridad de la ONU, aunque son conscientes de que no cuentan con la unanimidad de los Veintisiete. "Hemos pedido que se aplique la "responsabilidad de proteger" en el caso de Myanmar", ha confirmado la secretaria de Estado para los Derechos Humanos.
Puente aéreo
A juicio de la Agencia de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) es necesario que los equipos de emergencia puedan establecer un puente aéreo o marítimo para hacer llegar alimentos, agua potable, tiendas de campaña y otros bienes a las regiones más afectadas por el paso del ciclón, en particular en el delta del río Irrawaddy, al sur de Myanmar. Si no, cree la OCHA que se producirá "una segunda catástrofe", con la muerte de miles de miles de personas por hambre o enfermedades.
Lo que está sacando de quicio a las agencias internacionales es que, como denuncia la ONU, 11 días después del paso devastador del Nargis, sólo 270.000 personas han recibido ayuda de las agencias humanitarias internacionales, cuando se estima que hay entre 1,5 y 2 millones de afectados. Es la Junta militar birmana, que gobierna uno de los regímenes más cerrados del mundo desde hace 46 años, la que impide que la ayuda llegue a los supervivientes: impide el paso de personal extranjero de las organizaciones humanitarias, con lo que cientos de cooperantes espera en los países vecinos un visado para poder entrar. La Junta se hace cargo del reparto de la ayuda, lo que ha provocado acusaciones de que se está apropiando de ella.
"La ayuda que la ONU y sus socios han podido darles hasta ahora es muy rudimentaria", ha explicado Elizabeth Byrs, de la OCHA, agregando que todavía se están evaluando los daños causados por la catástrofe. En un pequeño gesto de apertura, la Junta ha anunciado hoy que permitirá la entrada de personal extranjero, eso sí, de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), para que evalúe los daños. El secretario general de la ASEAN, el tailandés Surin Pitsuwan, ha explicado que las autoridades birmanas le han asegurado que sus funcionarios podrán acceder sin problemas a las zonas más afectadas, pero lo cierto es que aún no disponen de visados.
La entrada de este equipo de expertos coincide con el envío del segundo avión estadounidense, cargado de medicamentos y comida, procedente de Tailandia, de cuya gestión se ha hecho cargo la Junta. Hasta ahora, la Junta Militar reconoce 34.273 muertos y 27.836 desaparecidos, según el último balance oficial, aunque la ONU calcula entre 63.000 y 102.000 muertos, 220.000 personas en paradero desconocido y casi dos millones sin hogar.
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