Benazir Bhutto murió por un golpe en la cabeza
Scotland Yard entrega un informe que descarta que la opositora paquistaní haya fallecido por un balazo
Scotland Yard ha confirmado esta mañana que la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto falleció por la onda expansiva que provocó la explosión de una bomba junto a su vehículo y no por disparos. De esta manera, las conclusiones del equipo de expertos de la policía británica, formado por cinco agentes, coinciden con la versión del Gobierno paquistaní.
Previamente, la edición del viernes el diario The New York Times hizo público el informe final redactado por agentes de Scotland Yard. El periódico, sin embargo, ha señalado que no está claro cómo la agencia inglesa llegó a esa conclusión pues Bhutto fue enterrada sin autopsia y la escena del crimen fue recogida tras el atentado. Además, la investigación de Scotland Yard concluye que el atentado contra Bhutto, ocurrido el pasado 27 de diciembre, fue obra de una persona y no de dos milicianos.
Bhutto fue asesinada en la ciudad de Rawalpindi mientras hacía campaña. El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, pidió ayuda a Scotland Yard para dirigir las investigaciones, a pesar de que una gran mayoría de ciudadanos, según una encuesta de Gallup-Pakistán, creen que agencias gubernamentales o políticos cercanos al propio Musharraf están detrás de la muerte de la candidata.
El Gobierno de Musharraf se había reservado el derecho a decidir si hacía público o no el informe sobre el asesinato de la ex primera ministra. Asimismo, Musharraf rechazó de pleno la intervención de comisarios de la ONU para investigar el asesinato. "Pakistán no es Líbano", dijo el presidente paquistaní en alusión a la investigación de la ONU sobre la muerte, en 2005, del ex primer ministro Rafik Hariri.
Versión gubernamental
El Gobierno paquistaní había asegurado que la muerte de Bhutto se produjo porque ésta se golpeó con una palanca del techo del vehículo desde el que saludaba a sus seguidores después de un mitin electoral en la ciudad de Rawalpindi, y no por acción de las balas o la metralla del atentado terrorista del que fue objeto.
El portavoz del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema, aseguró días después del asesinato que la onda expansiva de la explosión hizo que Bhutto perdiera el equilibrio y se golpeara en la cabeza con una palanca del techo del automóvil. "La palanca le hirió cerca de la oreja derecha y le fracturó el cráneo", afirmó el general Cheema.
El Hospital General de Rawalpindi, en un parte oficial, relató que cuando Bhutto llegó al centro médico ya no respiraba, tenía una tensión arterial indetectable y una herida abierta en la sien por la que perdía "masa encefálica".
Hasta el momento, las versiones de distintas fuentes aseguraban que el terrorista suicida había disparado contra Bhutto y le había causado varias heridas de bala antes de hacerse estallar entre la multitud y causar la muerte de otras 28 personas. El propio asesor de seguridad de Bhutto, Rehman Malik, declaró que Bhutto había recibido un disparo en el cuello y otro en el pecho.
Los médicos del hospital intentaron reanimarla durante casi tres cuartos de hora. Al llegar la ex primera ministra al hospital se inició, según el parte oficial emitido por el centro médico, "un procedimiento de reanimación o resucitación", y fue trasladada al quirófano donde fue atendida por un equipo encabezado por el decano de la Facultad de Medicina de Rawalpindi, Musaddiq Jan. "Pese a todas las medidas tomadas, no fue posible reanimarla y fue declarada muerta a las 18.16 [horal local, cuatro horas menos en España], 41 minutos después de su ingreso", agregaba el parte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.