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Charles Taylor, de nuevo en el banquillo de los acusados por los crímenes de guerra de Sierra Leona

El ex presidente de Liberia afronta cargos por secuestro, asesinato, mutilación y reclutamiento de niños soldados ante un Tribunal Especial de Naciones Unidas

Los fiscales han retomado hoy el juicio, postergado durante seis meses, contra el ex presidente de Liberia, Charles Taylor, con imágenes de pobladores de Sierra Leona cuyas manos fueron cortadas por los rebeldes y con testimonios sobre el comercio de diamantes que financió una guerra sangrienta entre 1991 y 2002. Taylor, uno de los caudillos más temidos de África, afronta cargos por secuestro, asesinato mutilación y reclutamiento de niños soldados en un Tribunal Especial de Naciones Unidas.

Taylor, de 59 años, es el primer ex jefe de Estado africano que se sienta en el banquillo de los acusados de un tribunal internacional, y se ha declarado inocente en todas las acusaciones. Durante la audiencia, lucía relajado dentro de su traje oscuro en el que resaltaban las joyas de oro que portaba.

Sobre el ex presidente penden acusaciones de tratar de ganar el control de la riqueza mineral de Sierra Leona, particularmente sus minas de diamantes, y de buscar desestabilizar su gobierno al financiar a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU).

"Esta es una importante prueba para la justicia internacional (...) Tendrá ramificaciones en todo el mundo", afirmó el fiscal Stephen Rappsobre sobre el juicio con el que se espera poner fin a décadas de impunidad en África. Más de 250.000 personas murieron en las guerras entre Liberia y Sierra Leona, y las imágenes de niños soldado drogados que mataban, secuestraban y saqueaban sacudieron al mundo.

Hoy, los fiscales han mostrado escenas de un documental en el cual un minero de Sierra Leona describía como sus manos fueron cercenadas por los rebeldes de FRU, en medio de risas, y luego quemaron su casa, matando a su esposa y niños que estaban adentro.

Los abogados defensores de Taylor no han refutado las atrocidades que ocurrieron en Sierra Leona, pero sí han cuestionado la participación de Taylor en ella, y se han preguntado si llevar a algunas víctimas al tribunal de La Haya para testificar tendría algún propósito más allá que ofrecer un impacto emocional.

Los fiscales llamarán a 144 testigos, pero esperan que la mitad puedan enviar sus testimonios por escrito, lo que permitiría presentar su caso en ocho meses. El dictamen final se espera para finales de 2009, aunque si hay apelaciones podría llevar hasta 2010.

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